Los jóvenes deben dedicar el 56,9% de su sueldo para poder alquilar piso en Gijón

El informe analiza por un lado los datos sobre emancipación juvenil y por otro el coste de acceso a la vivienda tanto en régimen de alquiler como de compra y su relación con los ingresos de las personas jóvenes. Con respecto al primer apartado, Joffre López destacó que el 23,1% de jóvenes de jóvenes de entre 16 y 29 años que viven emancipados en la ciudad representan «la cifra histórica más baja», en línea con la media nacional y ligeramente por encima de la regional (20,5%), pero muy por debajo de grandes ciudades como Madrid (31,1%) y Barcelona (38,5%). También consideró relevantes los datos referentes a la siguiente franja, de 30 a 34 años, donde el grado de emancipación está por debajo del 70%. En concreto, en el 64,5%. Combinados ambos grupos, el porcentaje de jóvenes menores de 35 años que viven de manera independiente se sitúa en el 35,6%, siendo mayor entre las mujeres (38,5%) que entre los hombres (32,8%).

El estudio relaciona estos datos generales con diferentes variables, como la ocupación. Entre quienes están estudiando la tasa de emancipación por debajo de los 35 años se sitúa en tan solo un 5,4% y entre quienes están trabajando, en el 53,8%. Si se tiene en cuenta tan solo a los menores de 30 años, esta última cifra baja al 41%, un dato «curioso que refleja que estar trabajando no es una garantía para poder emanciparse». El sociólogo también consideró interesante la relación entre la emancipación y el origen, que muestra cómo en muchos casos la vida independiente responde a jóvenes que han llegado a Gijón desde otras ciudades o países. «Entre la gente nacida en Gijón y que reside en Gijón, la tasa de emancipación por debajo de 30 años es del 11,3% y entre los nacidos en el extranjero, del 50,9%», señaló.

En cuanto al régimen de tenencia de la vivienda de los jóvenes emancipados, la propiedad y el alquiler están casi a la par, pues representan respectivamente un 41,9% y un 41,2% del total. «Si miramos la evolución de los últimos cuatro o cinco años, la población de alquiler ha bajado, pero porque cada vez aumentan más los jóvene que se emancipan en viviendas cedidas por otros familiares», puntualizó Joffre López. Sobre la composición de los hogares, cifró en un 19,1% los jóvenes que viven solos y en un 43,5% los que lo hacen en pareja, remarcado la evolución de «un fenómeno que hace años era muy anecdótico» y que son los jóvenes que comparten vivienda. Por debajo de 30 años son un 34,3% y entre los 30 y los 34 años, el 18,4%. «Es algo que ha aumentado en toda España.

El segundo bloque del informe se centra en los costes de acceso a la vivienda, relacionados con «un salario medio que entre los jóvenes de Gijón supera por poco los mil euros netos al mes». Según el estudio, para pagar un alquiler de 736 euros al mes (renta media de los que había disponibles en los portales inmobiliarios en el momento de elaboración del informe) los menores de 35 años deben destinar un 56,9% de su salario. La cifra varía en función de la zona de la ciudad donde se busque esa vivienda: un 64,4% del salario en el centro, un 58,2% en la zona este, un 53,2% en el oeste y un 52% en el sur. Si optan por la compra, y tomando como referencia, también a partir de la oferta actual, un precio de 165.420 euros, deberían dedicar al pago de la hipoteca un 49,3% de su salario, igualmente con importantes diferencias por distritos: desde el 38,9% de la zona periurbana (el precio medio son 130.680 euros) al 64,1% en el centro de la ciudad (la oferta media son 215.370 euros). A ello hay que sumar el coste de la entrada para poder adquirir el piso, que según el informe equivaldría al salario íntegro durante tres años.

Javier Suárez Llana consideró que en esta difícil situación para que los jóvenes accedan a la vivienda influyen fundamentalmente cuatro cuestiones: «tenemos 8.000 viviendas vacías que no cumplen ninguna función, un parque de vivienda muy pequeño que no llega al 2% del total, unas viviendas de uso turístico que sí superan el 2% del parque si solo tenemos en cuenta las que están registradas y unas ayudas al alquiler que son la pescadilla que se muerde la cola porque suponen meter todos los años en el mercado privado 4,5 millones de euros que llegan a los propietarios y contribuyen a que los precios vayan subiendo». El concejal de IU consideró que este tipo de ayudas «tienen que ser un elemento transitorio y residual» y consideró que la principal medida para atajar el problema de la vivienda debe ser «construir vivienda pública». La elaboración de este estudio también fue iniciativa del área de Mocedá de IU en Gijón, cuyo coordinador, Matías Hevia, consideró «preocupante y vergonzosa» una situación «que no es más que la consecuencia de años de dejadez por parte de las administraciones públicas».