El secretario municipal, Miguel Ángel de Diego, junto al Ayuntamiento de Nava, donde vive. PABLO NOSTI

«En un año la alcaldesa solo ha despachado conmigo media hora»

Miguel Ángel de Diego. Secretario general del Ayuntamiento de Gijón ·

«En febrero, Personal me preguntó si quería seguir y les dije que sí. Si querían rejuvenecer la plantilla, que me lo dijeran desde el primer día»

IVÁN VILLAR

GIJÓN.

Lunes, 8 de junio 2020, 00:41

El 13 de junio, cuando cumpla 66 años, Miguel Ángel de Diego (Gijón, 1954) abandonará por jubilación la Secretaría General del Ayuntamiento, a la que llegó en enero de 2015. Cuando decidió optar a esa plaza lo hizo «echando una moneda al aire y en el último día», pues estaba «muy a gusto» ocupando el mismo puesto en el Ayuntamiento de Langreo. «Pero Gijón me seducía mucho. Y para alguien nacido en la calle Santa Elena, junto al Consistorio, llegar a este puesto era un orgullo». Ahora lo dejará un año antes de lo deseado, tras la negativa municipal a concederle una nueva prórroga del servicio activo.

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-¿Imaginaba que su último Pleno sería con media Corporación participando desde casa?

-(Ríe) En la vida. De hecho, hasta hace poco era una posibilidad que ni la ley contemplaba. Pero al menos estaban la alcaldesa, los portavoces, Olmo Ron, los informáticos, mi secretaria... Dentro de lo que cabe, había ambiente.

-¿Cuándo le comunicaron que no iba a seguir como secretario?

-El 13 de mayo. Una fecha que no voy a olvidar. Estaba teletrabajando y vi que tenía una notificación pendiente. Y, al abrirla, me encuentro con que me denegaban la prórroga. La verdad es que me quedé de piedra, aparte de por lo raro que parece que rehabiliten los plazos administrativos para un asunto que no tiene nada que ver con el coronavirus, porque en febrero Personal me preguntó si tenía interés en seguir. Les dije que sí e incluso me mandaron al reconocimiento médico, aunque al final no se hizo por el virus. Ahora en esas tres o cuatro hojas hablan de un rejuvenecimiento de la plantilla. Para decirme que hay que rejuvenecerla, que lo hubieran hecho el primer día.

-¿Y cree que es esa la razón?

-Es la razón publicada, pero estoy convencido de que no es la real. Se entendería, por ejemplo, para un policía local, pero no para una plaza donde la experiencia es muy importante. Sin mis 42 años de servicios, no podría haber sacado al Pleno de algunos apuros. Yo sigo con ganas de trabajar. Y aparte, cuando cumplí 65, ya dije que quería seguir dos años. Con haberme prorrogado uno más, que era lo hablado, ya estaba. Pero, bueno, creo que no les han gustado varios informes que hice. Y, además, me asocian mucho al gobierno anterior. Tengo ese sambenito porque me llevaba bien con ellos como con el 99% de los que me han tocado a lo largo de mi vida profesional.

-¿Y con el actual ha tenido algún enfrentamiento?

-No, aparte de que Marina Pineda (concejala de Hacienda) me contradice por sistema, todo lo contrario. Me llevo francamente bien con todos los concejales de la Corporación. Lo que quizás hubo fue frialdad absoluta y un cierto ninguneo. Preparaba informes a los que no hacían ni caso o me preguntaban que para qué los hacía. Y lo que no es normal es que en un año la alcaldesa -con la que debería tener un trato ya no digo diario, pero sí casi todos los días- no haya despachado conmigo más de media hora, y cinco minutos fueron para decirme que me quitaban las empresas para dárselas a Dora Alonso (exsecretaria municipal y ahora secretaria de los consejos de administración de varias empresas municipales), con un importante quebranto económico.

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-¿Qué argumentos le dieron para ese cambio?

-Decían que era para quitarme trabajo, porque estaba muy ocupado. Si aún seré yo un desagradecido y un tipo raro...

-Habla de un importante quebranto económico.

-En este Ayuntamiento los habilitados nacionales somos de los peor pagados de España. En la última comparativa que miré, era un 25% menos que en Zamora. El secretario de Avilés gana más que yo, el de Llanera más o menos igual; la de Piloña, un poco menos... Sí, éste será un cargo de relumbrón, pero soy un profesional. Si tengo que tocar gratis en un festival benéfico, lo hago, pero aquí hablamos de mi salario. Con las secretarías de los consejos de administración tenía una cierta compensación, pero me apartaron y Dora pasó a cobrar más que yo. Curiosamente, sigo siendo secretario de las juntas generales de las empresas, que se celebran al final del Pleno, pero es gratis.

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«Disgustado. No se hizo bien»

-¿Cómo es su relación con Dora Alonso?

-La conocía incluso antes de ser funcionario y tuvimos cierta amistad, por conocidos comunes. Pero en estos cinco años la relación ha sido totalmente inexistente. Es como si hubiera desaparecido del mapa. No hemos tratado ni un solo asunto y me sobran dedos para decir las veces que hemos coincidido por el Ayuntamiento.

-¿Le reprochó que usted hubiera ocupado su anterior puesto?

-No. Y habría sido totalmente injusto, porque entre su cese y mi llegada pasaron dos años. Aun así, sí estuvo siempre presente la sensación de que yo era un usurpador. Y en mi primer año me arrepentía de haber venido, porque trabajaba muchísimo para que encima estuvieran dándome caña los sindicatos, la oposición... Con la Corporación de 2015-2019 la cosa mejoró. Ya estaba muy a gusto y por eso pedí la prórroga.

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-¿Piensa recurrir ese rechazo a una nueva prórroga de un año?

-Aún no lo sé. Desde que se reanuden los plazos tendré dos meses para hacerlo y no quiero decidir en caliente. Prefiero esperar a que se me pase un poco el disgusto. Pero aquí ha habido un montón de cosas que no tendrían que haber sido así y sí quiero que por lo menos alguien les diga «señores, ustedes no lo han hecho bien».

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