La alcaldesa confía en que Asenjo y el PP «traten esta crisis con respeto al Ayuntamiento»

González eludió hacer valoraciones políticas «porque no me gusta meterme en situaciones orgánicas de los partidos, que son realmente complicadas, ni hablar de lo que hacen o dejan de hacer los demás». Sí aseguró que «siento afecto por el señor López-Asenjo, de la misma manera que lo siento por Pablo (González). Y lo que tengo clarísimo es que tanto el señor López-Asenjo como el presidente del PP y la nueva portavoz, la señora Pumariega, van a tratar esta crisis interna con absoluto respeto al Ayuntamiento de Gijón».

El reglamento orgánico del Pleno señala que los concejales no adscritos, consideración que se da a los que abandonan el grupo por el que fueron elegidos, «actuarán en la Corporación de forma aislada, sin poder percibir o beneficiarse de los recursos económicos y materiales puestos a disposición de los grupos políticos municipales». Esto significa que López-Asenjo no tendrá despacho municipal ni recibirá fondos de las arcas locales para contratar personal técnico o administrativo ni para «gastos de funcionamiento». Sí mantendrá el sueldo de unos 39.000 euros anuales que fue aprobado al inicio del mandato. El Pleno, no obstante, tiene potestad para modificar su régimen de dedicación al Ayuntamiento, que podría ser desde exclusiva, con un sueldo de 58.462 euros anuales, a nula, cobrando en este último caso solo las dietas que le correspondan por cada sesión de plenos y comisiones a la que acuda.

La secretaria municipal ya prepara un informe que presentará en la próxima junta de portavoces sobre las consecuencias de la marcha de López-Asenjo del grupo popular. Entre las dudas que existen, si las aportaciones al PP deben reducirse para equipararlas a las de Vox, con los mismos concejales. Esto le supondría perder el sueldo de un técnico a media jornada, así como 256,50 euros al mes por la asignación que va ligada al número de ediles de cada grupo.

También debe dilucidarse qué ocurrirá con la composición de las comisiones de Pleno. La entrada en ellas del edil no adscrito podría alterar el juego de mayorías que existe ahora, vinculado a una representación proporcional de los grupos.