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t Areces visita las obras de la playa de Poniente, en 1994. LUIS SEVILLA
El alcalde regresa a la zona que transformó

El alcalde regresa a la zona que transformó

Poniente. Vicente Álvarez Areces impulsó uno de los proyectos de regeneración más importantes de la ciudad. Y es allí donde se promueve que su nombre quede ligado a Gijón

OLGA ESTEBAN

Domingo, 17 de enero 2021, 00:50

Amó a esta ciudad y le entregó los mejores años de su vida. Tini exhibía con orgullo su condición de gijonés y representaba como nadie el modo de ser, el carácter y los valores que caracterizan a la gente de Gijón». Hablaba así de él quien mejor le conocía, quien había compartido con él más de treinta años de vida, Soledad Saavedra. Lo contaba cuando Vicente Álvarez Areces, menos de un mes después de fallecer, era nombrado Hijo Predilecto de Gijón a título póstumo. En tiempos de continuos desacuerdos, de claros intereses políticos hasta para ir completando el libro de honores de la ciudad, un nombre conseguía la unanimidad. Era aquel uno de los muchos reconocimientos que han ido llegando en estos dos años.

Hoy se cumplen dos años del fallecimiento de Vicente Álvarez Areces, una muerte repentina, a los 75 años, que conmocionó a toda la sociedad asturiana. Para Soledad Saavedra y su familia el dolor persiste. Y para Gijón lo hace el recuerdo. Por eso, este mismo mes llegará otro de esos reconocimientos, uno de los más esperados por un grupo de amigos, compañeros y allegados: que un espacio público y significativo de la ciudad lleve su nombre. Y no un espacio cualquiera, sino uno especial, para la ciudad y para quien, como alcalde de ella, impulsó la regeneración la zona: el paseo de Fomento.

Muchos gijoneses de hoy no han conocido allí otra cosa que la playa de Poniente, el paseo, los edificios barco, el espigón central convertido en zona de ocio... Pero la imagen actual dista mucho de la de finales de los años 80. En plena reconversión industrial, la calle de Mariano Pola era un campo de batalla; el sector naval pasaba momentos difíciles; Gijón seguía vertiendo aguas negras a la mar sin tratamiento alguno y había una zona degradada y de difícil acceso, Poniente. Vicente Álvarez Areces había llegado a la Alcaldía en 1987 y estaba dispuesto a transformar la ciudad. Mientras, en la Junta del Puerto, con Carlos Zapico a la cabeza, se soñaba con convertir el pedregal en playa. Cuando el astillero Cantábrico cerró y el puerto recuperó el suelo empezaron a encajar las piezas de un complejo puzle que incluyó el saneamiento de la zona, con el interceptor costero de El Natahoyo, la planta de pretratamiento de El Musel y la depuradora de Aboño. En agosto de 1994 la playa de Poniente recibió sus primeras toneladas de arena, los estudios habían confirmado que la playa era viable. Un año después, los gijoneses podían bañarse en ella, después de que Vicente Álvarez Areces hubiera pisado su arena con el entonces ministro Josep Borrell.

El trabajo no había terminado. Había que desarrollar todo el PERI Playa de Poniente, figura urbanística que también se usó para el Puerto Deportivo. Hubo que demoler unas 110 viviendas y realojar a los vecinos y convertir una zona degradada en lo que hoy es. El proceso de transformación de Poniente fue uno de los que requirió una mayor inversión.

Ya como presidente del Principado, Areces no faltó a otras citas importantes de Poniente: la remodelación del espigón central, la inauguración del acuario y la apertura de Talaso. A partir de ahora y ya para siempre, Tini estará en ese paseo que logró transformar Gijón de su mano.

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