El Acuario se vuelca en la recuperación de tortugas y focas
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El miércoles comenzará el montaje del equipamiento que permitirá devolver a la mar los animalesUna tortuga se interna en pleno Océano Atlántico desde Florida, remonta toda la costa americana para llegar a la altura de las Islas Británicas y después tomar rumbo sur bajando por la costa africana, incluso más allá de Cabo Verde, para desovar, pero se pierde por el camino. Una pequeña foca, nacida en el Atlántico Norte, pierde contacto con su grupo familiar poco después del destete y se desorienta quedando a merced de las corrientes. Estos dos son los ejemplos más habituales de los varamientos de animales marinos en las costas asturianas: tortugas y focas.
El Principado de Asturias cuenta con un centro de recuperación de fauna en Sobrescobio, pero a partir de ahora se verá complementado con un equipamiento específico para animales marinos, que el miércoles se comenzará a montar en la parte trasera del Acuario de Gijón. Dispondrá de dos piscinas redondas -una de ellas de tres metros de diámetro y otra de dos- destinadas a tratar tortugas y tres tanques con zonas seca y húmeda para las focas. Su capacidad máxima será de tres ejemplares de cada al mismo tiempo. Puntualmente, también se podría tratar algún ave marina. El presupuesto de este equipamiento es de 320.000 euros, de los que el 95% los aporta la Fundación Biodiversidad y el resto, la Fundación Biopark.
Alejandro Beneit es el director del Acuario de Gijón y Susana Acle, veterinaria del mismo centro. El año pasado ya atendieron dos focas y una tortuga. A partir de ahora lo podrán hacer con más animales. Una de las ventajas que tiene este nuevo equipamiento es que será más grande que el de Sobrescobio y «tendrá agua de mar, que es lo ideal». Pero Beneit apunta que «recuperaremos lo que nos traigan, según el criterio del Principado». Susana Acle explica que «lo primero es valorar el estado del animal, que cuando vara suele ser muy malo. Vemos si tiene una infección, le damos un tratamiento, le hacemos pruebas diagnósticas y le alimentamos para que vaya cogiendo fuerzas». Pero una de las claves es que tengan el menor contacto posible con el ser humano. «Si te quieren morder, mejor, porque son animales salvajes», indica la veterinaria. A pesar de ello, esta será una instalación que podrá ser visitada por el público, siempre y cuando lo permita la situación en la que se encuentren los animales.
En este lugar no se trabajará con cetáceos, ya que cuando llegan a las costas asturianas es porque tienen enfermedades muy graves y, generalmente, lo hacen para morir. Solo hace dos años se registró el varamiento de un grupo completo en Carreño porque seguían al líder, que estaba muy enfermo.
Alejandro Beneit indicó que el montaje de esta estructura prefabricada «empieza el miércoles y tenemos previsto que esté operativa a finales de diciembre. Ahora están haciendo las cubas en Avilés, que será lo que más tarde en estar listo». La zona central del nuevo centro de recuperación de animales varados contará con camillas y una parte de laboratorio. Para atenderlo se ha contratado a una veterinaria. A todo ello se añaden los recursos del propio Acuario, incluido su equipo de biología. «Estamos muy emocionados porque es una misión muy importante», remarca el director.
«Ya venimos haciendo este trabajo cuando el Principado nos envía algún animal. Lo tenemos en nuestras instalaciones de cuarentena y nos desvivimos por sacarlo adelante. Ahora, con más medios, todo más organizado y un área independiente, será mucho mejor», reconoce Acle.
Pero la recuperación y posterior suelta de los animales en la mar no es el único objetivo, ya que se analizarán datos que serán fundamentales para la red de varamientos de España. Además, el Acuario tiene convenios de colaboración con la Universidad de Oviedo, el Instituto Español de Oceanografía, el CSIC y otras instituciones con las que podrán unificar datos y colaborar en investigaciones. Después está la parte de divulgación, pues «pretendemos ser puente entre los ciudadanos y la ciencia para contar las cosas que se investigan. Es fundamental que la gente sepa lo que pasa en los océanos», remarcan Beneit y Acle.
En el Acuario están convencido de que cuando el equipamiento esté listo, «aparecerán más animales varados, porque quien los encuentre sabrá dónde acudir. Pero siempre hay que llamar al 112», apunta el director.
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