Las acrobacias de las aeronaves abarrotaron las terrazas en el Muro

En el XVIII Festival Aéreo Internacional de Gijón participaron por primera vez en conjunto las tres patrullas del Ejército del Aire. Antes de que los aviones y helicópteros comenzaran a sobrevolar el cielo, las terrazas y los establecimientos del Muro ya estaban repletos de clientes. David González, gijonés que acudió al festival con su hijo pequeño Lucas, declaró que «este ambiente y la reacción de los más pequeños viendo las acrobacias, convierten todos los años este plan en uno perfecto».

Explicó que «a los niños les gusta mucho el ruido de los aviones y creo que para la ciudad también es bueno porque ayuda a generar más turismo y eso repercute positivamente en los negocios y locales».

«El Festival Aéreo de Gijón supone un empujón veraniego muy grande para toda la ciudad en general», añadió González. Juan Carlos Olivera y Nelly Castañeda son un matrimonio que decidió observar las acrobacias desde una terraza en la bahía gijonesa. «Todo el Festival Aéreo nos llama la atención pero a mi siempre me han gustado especialmente los helicópteros», reconoció Olivera. También señaló que «me encanta el ambiente y creo que por eso acude bastante gente todos los años porque es un espectáculo muy entretenido para toda la familia». En cambio, Castañeda prefiere los aviones. «Me apasiona el ruido que hacen y los movimientos que realizan en el aire realmente me fascinan». «Todos los años viene mucha gente porque es un espectáculo muy bonito. Ver a las familias reunidas en las terrazas para disfrutar de las acrobacias es una imagen preciosa», declaró.

Óscar Napa y Alma Trejo acudieron en pareja para disfrutar del Festival Aéreo. «Hemos venido ya unas doce veces y este año hemos decidido elegir como ubicación, la terraza del Náutico, frente al Muro, para disfrutar de una mejor visión y para estar sentados, Creemos que así es más cómodo. El año que viene tenemos pensado venir con unos amigos de fuera», afirmó Napa.