Los accidentes que han marcado la historia de El Musel

Hacía seis años que había comenzado la actividad comercial en El Musel y veinte del inicio de su construcción cuando el ingeniero contratista Victoriano Alvargonzález seguía extrayendo tierra y roca para la obra. El 25 de febrero de 1913 estaba prevista una explosión controlada en la ladera de la Campa Torres para extraer relleno con el que construir la estación marítima. «Errores técnicos, seguramente, y alguna sorpresa, como la existencia de una capa de arcilla con la que no contaban», explican los historiadores, dio lugar a una explosión que originó una lluvia de piedras sobre la multitud que contemplaba la voladura. Nada menos que 300 personas habían acudido al puerto de Gijón a presenciar lo que tenía que haber sido un espectáculo de ingeniería. El terrible suceso ocasionó la muerte de 22 personas y ha sido el más funesto ocurrido en El Musel.

Tal fue la conmoción en la ciudad, que además de médicos y sanitarios muchísimos vecinos acudieron al puerto a ayudar y recibir noticias. Uno de los primeros fallecidos en ser reconocidos fue el contratista de la obra, Victoriano Alvargonzález, mientras que entre los heridos más graves estaban algunos personajes ilustres de la ciudad, como el edil Francisco Prendes Pando o el ingeniero Eduardo Castro, que al final conseguirían salvar la vida.

Además de Victoriano Alvargonzález, fallecieron por la tremenda explosión Lorenzo Morán, Adolfo Toral, Celestino Busto, Cástor Nieto, José Iglesias, Eusebio Alonso, Agustín Castro, Antonio Delgado, Miguel Fernández, Álvaro García, Bernabé García, Antonio García, Emilio García, Alfonso Guarido, Cástor Lajo, su hijo Eulalio; Jacinto Pérez, Anacleto Rico, Adolfo Torres y Remigio Valverde. Más tarde, la familia de Miguel López también reivindicó que su pariente había muerto, siendo la víctima 22.

En la memoria de los gijoneses aún seguía muy presente otra fatídica fecha: la del 21 de octubre de 1912, solo unos meses antes. Durante la construcción del dique Norte del puerto exterior de El Musel fallecieron ahogados el ingeniero Alejandro Olano y cuatro trabajadores de las obras: Evaristo Álvarez, José María Álvarez, Tomás Bango y Eugenio García, cuando intentaban evitar que la mar arrancara de su sitio la grúa 'Titán', que se empleaba para colocar los bloques del dique. Una placa recuerda el accidente laboral en el conocido como el muelle Olano.

Quienes conocen bien las instalaciones y los servicios del puerto sostienen que «es el más seguro desde la Estaca de Bares hasta Pasajes». Aun así, el puerto no ha estado exento de accidentes mortales y graves en la actual centuria.

En diciembre de 2001 perdía la vida Miguel P. C., de 54 años, en un accidente laboral trabajaba en Talleres Silva, ubicada en el recinto portuario. En el mes anterior había habido otro fallecido.

Casi seis años después, en 2007, Armando Norniella, de 51 años, pereció cuando realizaba labores de encofrado para la ampliación de la vía férrea del muelle Moliner. El operario se encontraba en una zanja a unos dos metros o dos metros y medio de profundidad, cuando se produjo un desplazamiento de un montón de arena de dos metros de altura que le cayó literalmente encima.

Con posterioridad, en 2012 se produjo un escape de gas en la subestación subeléctrica que se construía junto a la planta regasificadora. Un fallo en el sistema de seguridad dejó sin oxígeno el local en el que estaban los empleados. Seis resultaron intoxicados.

En 2014, José Miguel Fernández Méndez, de 25 años, trabajador de la empresa importadora de carbón Lissan Coal Company, murió cuando realizaba labores de carga de una cuba de agua que transportaba en el remolque de un tractor para limpiar los viales de la explanada de Aboño. El accidente tuvo lugar cuando, en plena carga del agua, saltó la tapa posterior de la cuba, que le impactó en la cabeza.

Dos años después, en 2016, un operario de 30 años resultó herido grave mientras trabajaba en las instalaciones de la empresa Intercargo Asturias, en el muelle de La Figar. Le cayó encima una pieza de gran tamaño y quedó atrapado por las piernas.

Francisco José Iglesias, de 56 años, falleció en 2018 cuando una pieza metálica del sistema de amarre de un buque cementero salió disparada y le golpeó en la cabeza. De su edad era José Antonio Sesmilo, quien también perdió la vida en una maniobra de carga en febrero de 2020, al recibir un brutal golpe de la cuchara. En abril de 2023, Salvamento Marítimo localizó el cadáver de un tripulante filipino, que cayó a la mar desde un barco que se dirigía a El Musel y daba vueltas a 19 millas del puerto debido a la mala mar.

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