Mariana Borissova y Emilio Ariznavarreta, con los planos. D. ARIENZA

El PGO abre la puerta al cambio de la fachada marítima y «no limita el crecimiento futuro»

Los técnicos destacan que «favorece el mantenimiento de la población en los núcleos rurales» | «Es un documento en el que prima el equilibrio entre lo que es necesario y lo que es posible», defienden sus redactores

IVÁN VILLAR

Domingo, 3 de febrero 2019, 02:08

«Equilibrio es la palabra clave». Es el resumen que hacen del nuevo Plan General de Ordenación tanto los responsables del área municipal de Urbanismo como el equipo redactor del documento, que tras su aprobación definitiva en el Pleno entrará en vigor tras su ... publicación en el BOPA dentro de dos semanas. «Se ha alcanzado un equilibrio entre lo que es necesario y lo que es posible; entre lo pretendido por cada grupo político, cada asociación, cada barrio y cada vecino, y el interés general de quienes viven, trabajan o disfrutan de Gijón», ahonda la coordinadora técnica de ese equipo, Mariana Borissova, convencida de que se ha logrado un modelo de ordenación «sostenible» desde todos los puntos de vista y que cumple «la ley de las tres 'R': regeneración, rehabilitación y reestructuración urbana».

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Los técnicos, «sorprendidos» por el rechazo del PSOE en la última votación, destacan que «todo el mundo ha tenido que renunciar a un poco, pero todo el mundo ha logrado un poco». Hasta el punto de que Emilio Ariznavarreta, director de la UTE que ha venido trabajando desde 2014 en la elaboración del plan, lo compara entre bromas con las cesiones que unos y otros partidos tuvieron que hacer en su momento para consensuar la Constitución Española. «Políticamente, es un plan más de todos que cualquiera de los anteriores», resumen. Y añaden como otro elemento diferenciador la amplia participación ciudadana, «por encima de lo que la ley exige». En sus diferentes fases, el plan acumuló hasta seis meses de exposición pública para la presentación de alegaciones, a lo que se sumó durante toda la tramitación la posibilidad de consultarlo en la web municipal, «incluso desde el teléfono móvil».

La zona rural, de donde surgieron los principales movimientos contra los planes anteriores, fue la que mostró un mayor interés en participar en el diseño del nuevo documento. «El primer contacto, dados los precedentes, fue de tensión, pero ahora la gente nos sigue saludando por la calle», apunta Ariznavarreta como ejemplo de la satisfacción con la que creen que se ha acogido en esta parte del concejo la nueva ordenación. «Presumimos de haber favorecido el mantenimiento de la población de los núcleos rurales», señala. Borissova destaca en este sentido la importancia de haber modificado la normativa «para facilitar la implantación de actividades ligadas al medio rural. No se trata de fomentar las segundas residencias, sino primeras con un medio de sustento». También la diferenciación de los núcleos en función de su proximidad al suelo urbano.

En los más cercanos, de tipo 1, se permitirá la división de parcelas hasta en seis partes, edificables a partir de los 1.500 metros cuadrados. En los de tipo 2 las parcelas podrán partirse en tres y edificarse a partir de los 1.700 metros cuadrados y en los de tipo 3, los más alejados, no se permitirá la parcelación. «Hemos introducido un punto de sensatez», destaca el equipo redactor, que niega que el desarrollo de viviendas unifamiliares en estos núcleos, en particular los de tipo 1, pueda resultar insostenible para la ciudad desde el punto de vista económico. «El uso residencial del medio rural está ahí y se intenta racionalizar. Hablamos de lugares que tienen una cierta entidad y precisan ya de servicios. Y cuanta más población tengan, más eficientes resultarán. Lo que estamos permitiendo es consolidar lo que ya hay. Y de hecho no estamos densificando estas zonas tanto como permitiría la legislación».

Rechazan también que se pueda hablar de la aparición de un 'cinturón de chalés' que impida posibles expansiones urbanas. «No se limita el crecimiento futuro de la ciudad. Hay metros de sobra para su expansión, pero en estos momentos no es una necesidad», apuntan los técnicos.

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A la espera del plan de vías

En el casco urbano, a la espera de lo que se defina para los terrenos del plan de vías, que será «la joya de la corona» y condicionará el desarrollo de otras actuaciones como las de Príncipe de Asturias y el acceso a la ciudad por la 'Y', destacan que el nuevo plan «presume de mejorar la fachada marítima». En la zona este, con la ya famosa playa verde del Rinconín, que respeta el edificio del Rick's y permitirá una construcción dotacional municipal entre este inmueble y el Faro del Piles, sin uso aún definido. Y en el oeste, con el plan especial para Naval Gijón -con un 80% de sus espacios dedicados a usos productivos vinculados al mar, «que no quiere decir naves industriales», y el 20% para usos terciarios- y los PERI 3 y 4, que permitirán la construcción de nuevos bloques en El Natahoyo, el primero al norte de la calle Peña y el segundo al oeste del Hogar de San José. Recuerdan que los terrenos del Tallerón y Juliana se mantendrán finalmente con su calificación actual, pese a que se había diseñado «un mecanismo interesante, que eran los transformables», para agilizar su desarrollo en caso de que desapareciera su actividad actual. «Al final se consideró que la sociedad no está preparada para plantear su transformación».

La creación de áreas ambientalmente protegidas en torno a la industria y la reserva de espacios para los futuros aparcamientos disuasorios son otras de las claves que destacan los técnicos, que defienden además que se respetan las exigencias mínimas sobre vivienda protegida «incluso si no se llega a hacer Ecojove».

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