«La sociedad siempre criminalizó a los jóvenes, por eso les achaca los rebrotes»

Alba de Miguel (Llanes, 1992) preside Abierto hasta el Amanecer, una asociación juvenil que desde finales de los 90 trabaja por ofrecer ocio alternativo a los jóvenes, más allá de las fiestas y los bares. En plena COVID, han regresado para estrenar un programa de verano y mantenerse fieles a sus objetivos. Eso sí, con todas las medidas de higiene y seguridad, subraya.

-¿Cómo se animaron a preparar un programa de actividades veraniegas en pleno repunte del coronavirus?

-Decidimos volver porque vimos que se estaba ofreciendo ocio normativo, de consumismo, que se podía volver a las discotecas y a tomar algo. Por eso volvemos a lo que siempre hemos buscado, ofrecer un ocio diferente. Ha sido un camino duro, decidir qué hacer y en qué espacios. Lleva un trabajo difícil, con medidas de seguridad muy estrictas. Usamos espacios públicos y tenemos que dar ejemplo de cómo tiene que hacerse. Lo primero que nos pidieron desde el Ayuntamiento fueron los protocolos, estuvimos siguiendo pautas del Patronato Deportivo Municipal y otras instancias. Haremos público el protocolo en los próximos días en la página web para que todo el mundo lo pueda ver. Tengo que aclararlo porque está todo el mundo un poco tenso por este tema.

-Han preparado 50 actividades muy diversas para esta edición. En comparación con otros años, ¿cuál es el principal cambio?

-Los aforos han cambiado un montón. Normalmente, en una actividad teníamos hasta 25 personas. Eso en talleres pequeños. Y ahora van a ser de nueve personas máximo contando al monitor. El aforo también depende de los espacios, pero no hay más de 12 personas en ninguna actividad, ni siquiera las que están al aire libre. Antes no hacíamos nada en espacios exteriores, eso nos dio margen para programar cosas diferentes.

-Hay muchas críticas contra la juventud por la irresponsabilidad de reuniones masivas sin mascarilla. ¿Cómo les afecta?

-Lo que está pasando ahora de que señalen a los jóvenes por traer los rebrotes no es más que el resultado de una sociedad que desde hace muchos años nos criminaliza. Evidentemente, habrá jóvenes que no siguen las medidas de seguridad, pero yo veo gente mayor por la calle que tampoco las sigue. Al final, siempre decimos lo mismo, en Abierto sabemos organizarnos y hacer cosas ajenas a salir de fiesta y a tomarnos unas copas, aunque a veces eso molesta un poquito.

-¿Y a la hora de preparar las medidas de seguridad?

-Somos un grupo de 15 personas jóvenes de 20 a 28 años de edad y notamos que había poca confianza en nosotros cuando preparábamos las medidas de seguridad. Por eso invitamos a todo el mundo a que se pase. Hay personas que nos juzgan sin haber venido nunca a ver nuestras actividades. Pueden venir a ver cómo lo preparamos porque sé que lo vamos a hacer bien.

-¿Cómo se puede motivar a los adolescentes y a sus padres para que se animen a participar sin miedo?

-Poco a poco, tenemos que volver a la normalidad. Intentamos crear espacios seguros donde encontrarse a gusto, conocer a gente de tu edad, participar en actividades y hablar tranquilamente entre nosotros.

-Tienen salidas nocturnas por Cimavilla, zona tradicional de marcha, y por Deva en el entorno rural.

-Sí, a veces apetece hacer una ruta y no están tus amigos. La de Deva es una oportunidad para que la gente haga un grupín y salga. La ruta por Cimavilla va a ser para contar la historia del barrio, con un chico que conoce mucho la zona. Nos parece chulo y normalmente no lo podíamos hacer porque era muy probable que lloviese. Además, nosotros intentamos no usar los espacios de consumo nocturno, pero bueno, dijimos: '¿Por qué no vamos a hacer algo diferente?'. Cimavilla es más que los bares, claro.