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Inocencio Martín, superior de los jesuitas en Asturias.
«Siempre nos hemos adaptado a la realidad de cada tiempo»

«Siempre nos hemos adaptado a la realidad de cada tiempo»

Inocencio Martín, superior de los jesuitas en Asturias: «No es lo mismo el Hogar de San José de hace 75 años, cuando teníamos que dar pan, que el de ahora, que tenemos que rehacer a personas que vienen muy deterioradas»

PPLL

Sábado, 29 de abril 2017, 02:58

«Si hay algo que la Compañía de Jesús ha demostrado a lo largo de los tiempos es que sabe mirar la realidad y acomodarse a las circunstancias de cada momento». Tras el repaso que se hizo durante el Pleno a los 125 años de obra de los jesuitas en Gijón, su superior en Asturias, Inocencio Martín, apuntaba cómo «no es lo mismo el Hogar de San José de hace 75 años, cuando teníamos que dar pan, protección, vivienda y vestido, que el de ahora, que tenemos que rehacer a personas que vienen muy deterioradas y que no necesitan pan, sino ayuda psicológica, estructural y de recomposición familiar». Algo similar señaló sobre la Fundación Revillagigedo. «Más allá de la mecánica y la soldadura, el mundo exige una mano más especializada en el mundo de la tecnología». En este sentido, Martín destacó la necesidad de «no anclarse en lo de siempre, sino ver cómo adaptarnos para responder a las necesidades de hoy».

El representante de la Compañía de Jesús dijo sentirse «muy satisfecho y contento» por un galardón que la Corporación municipal concede «por sus obras educativas y sociales en Gijón» y sus «décadas formando en diferentes ámbitos que no entienden de colores, razas o ideologías». El encargado de glosar los méritos de la entidad fue el portavoz de Foro, Fernando Couto, quien recordó que los primeros contactos de la orden con Asturias se remontan al siglo XVI, cuando crearon en Oviedo una primera escuela que funcionó durante casi dos siglos. En 1890 la orden «volvió a entrar con fuerza» en la región, ya a través de Gijón, con la construcción del colegio de la Inmaculada. En 1929 sumó a su obra la Escuela Profesional Revillagigedo y, ya tras la guerra, el Hogar de San José para niños hambientos e hijos de presos o fusilados. «Manuel, de seis años, fue el primer niño inscrito en el Hogar, en febrero de 1943. El último, el pasado jueves, es un joven marroquí de 16 años».

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