Una placa junto al antiguo Asilo Pola recordará a las republicanas fusiladas en Gijón

El gobierno municipal aceptó ayer el ruego presentado por Xixón Sí Puede en la comisión de Bienestar Social, Educación, Cultura y Cooperación para instalar en el entorno del Museo Nicanor Piñole una placa en recuerdo de las ocho mujeres condenadas a muerte y fusiladas en el paredón del Sucu tras la caída del régimen republicano. La elección de este emplazamiento responde a que una de ellas, Eladia García Palacios, fue durante la Guerra Civil directora del antiguo Asilo Pola, la escuela para pobres que funcionó entre 1908 y 1986 en el edificio que hoy acoge la obra pictórica de Piñole. Su actividad como maestra fue uno de los motivos utilizados para sentenciarla a muerte, pues «inculcaba a las niñas el odio al fascismo y las familiarizaba con las ideas de libertad y emancipación». A ello se unió su «amistad con la familia de Belarmino Tomás». García Palacios fue fusilada el 29 de diciembre de 1937, con 33 años.

Junto a ella, en la placa se recordará a Anita Vázquez Barrancúa -militante del PCE y voluntaria en el frente-, Estefanía Cueto Puertas -que dirigía un taller de confección de ropa para los milicianos-, Anita Orejas López -militante del PSOE que trabajó como enfermera durante la guerra-, Belarmina Suárez Muñiz -militante de la UGT y jefa de la cárcel de Candás-, Máxima Vallinas Fernández, Teresa Santianes Giménez y Juana Álvarez Molina, todas fusiladas entre 1937 y 1939. La última de esta lista, según explica la historiadora Enriqueta Ortega Valcárcel, fue condenada «como revancha porque no habían conseguido encontrar a su marido, que había escapado de España».

El recuerdo se hará extensivo «a los cientos de mujeres que pasaron por los campos de concentración y la cárcel de El Coto».