«Asturias es la región donde más focas se han recuperado», asegura Luis Laria

La Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma) presentó ayer un balance de su actividad desde 1998 en conferencia pronunciada por Luis Laria en el Ateneo Jovellanos. El informe será hecho público oficialmente en fecha próxima, en lugar y día aún sin determinar, pero Laria quiso adelantar ayer los principales datos sobre la entidad que preside a modo de homenaje al grupo de trabajo de Gijón, compuesto ya por 30 de los 52 miembros activos que Cepesma, con sede en Luarca, tiene en Asturias.

El estudio se refiere exclusivamente a mamíferos marinos (cetáceos y focas) y tortugas, de forma que queda pendiente, advierte Laria, otro sobre aves marinas, calamares gigantes, tiburones y especies abisales.

Del balance anticipado ayer en el Ateneo Jovellanos, donde Laria fue presentado por el directivo ateneísta y miembro activo de Cepesma en Gijón Alberto Estrada, cabe destacar que el grupo conservacionista tiene registradas 777 actuaciones de muy distinto carácter. Unas sirvieron para conocer mejor las especies marinas a través de necropsias realizadas a restos de animales varados en las costas asturianas en muy variado grado de descomposición. Otras, evidentemente las más satisfactorias, permitieron devolver a los animales vivos al medio natural tras el tratamiento de recuperación procedente.

Un dato orgullosamente destacado por Laria se refiere a la colaboración que ha conseguido Cepesma de la sociedad asturiana. No se trata ya de esos grupos de trabajo activos que, como el de Gijón, permanecen operativos durante una amplia franja horaria para dar respuesta a casos que pueden surgir en cualquier momento, sino a la gran cantidad de pescadores, trabajadores de los puertos o simples bañistas que comunican con el 660 660 400 de Cepesma para informar en tiempo real de cualquier avistamiento, varada o captura accidental que pueda interesar al equipo de Luis Laria y provocar su actuación.

Las nuevas tecnologías son fundamentales a la hora de realizar un rescate o determinar la importancia de un hallazgo, ya que una llamada telefónica puede ser complementada con el envío por WhatsApp de fotografías de las partes concretas de un cuerpo que mejor contribuyen a identificar la especie.

Varamiento de cetáceos

Esa colaboración puede provocar una falsa percepción de que aumentan los varamientos, en el caso de los cetáceos, según advierte Laria. «Lo que ocurre es que hace quince años, por ejemplo, no era habitual que alguien nos avisara, y ahora sí. Por otra parte, la presión pesquera era antes mayor».

Sobre el porcentaje de rescates de ejemplares vivos tras varamiento de cetáceos en las actuaciones de Cepesma, su presidente dijo ayer a EL COMERCIO que, desgraciadamente, no es alto. En la mayoría de los casos, los animales llegan muertos a la costa; en otros, la varada se produce en zona rocosa, lo que contribuye a provocar cortes y lesiones en el cuerpo, y la mejor de las hipótesis consiste en que el cetáceo llegue a una playa. En ese caso, aunque se encuentre agotado tras intentar zafarse de artes de pesca, por ejemplo, si se mantiene la piel bien hidratada es posible que se salve. Pero incluso en esas circunstancias favorables, puede resultar inútil la devolución al mar si el varamiento se produjo por problemas neurológicos.

Si Laria piensa que los varamientos de cetáceos no han aumentado, también se muestra convencido de que sí creció considerablemente la llegada de focas. «Asturias es la región donde más focas se han recuperado, pero eso se desconoce porque los animales marinos apenas cuentan como ejemplares de nuestra fauna. Es como si no perteneciera a nuestro territorio».

El presidente de Cepesma justifica el aumento de la presencia de focas en que los temporales más fuertes llegaban antes de las Azores, es decir, en diagonal, mientras que ahora se forman más en el Norte, y azotan en vertical. Así, es más fácil que ejemplares de las colonias de focas que viven en torno a las islas británicas se vean atrapadas por el temporal y lleguen a Asturias. La misma circunstancia explicaría que la incidencia del oleaje en los paseos marítimos de la Cornisa sea más violenta y cause cuantiosos destrozos.

Menos frecuentes es la llegada de tortugas, si bien se detectó la presencia de varias laúd, que tienen en las artes de pesca su mayor enemigo. En ese sentido, Laria citó también que El Musel es punto negro porque en la toma de agua para la térmica de Aboño han muerto ya varios ejemplares de una especie en riesgo de extinción y pide una segunda malla protectora para evitar más muertes.

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