CH. TUYA
Viernes, 24 de febrero 2017, 02:44
«Mi hija está tirada en la calle, completamente drogada y bebida. ¿Para eso cedí la tutela al Principado?». María (nombre ficticio para preservar la intimidad de su hija) volvió a lanzar ayer un grito de socorro. Esta empresaria gijonesa acudió el martes a EL COMERCIO. Lo hizo para denunciar que su hija, cuya tutela cedió de forma voluntaria para controlar sus problemas de conducta y adicción, se pasa el día en la calle «drogada y bebida». La Consejería de Servicios y Derechos Sociales decidió ingresarla en la Unidad de Primera Acogida (UPA), un centro con capacidad para dieciséis adolescentes en régimen abierto «del que se fuga a diario».
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Anoche volvió a repetirse la historia. «Me avisaron de que la nena estaba en Gijón. Como puede salir de cuatro de la tarde a diez de la noche, viene desde Oviedo a estar con su pandilla. Y me la encontré donde siempre, completamente drogada y bebida. ¿Qué hago?». Lo que hizo fue llamar a la Policía Nacional. Una patrulla se presentó en el parque en el que estaba la menor con sus amigos y comprobó «que digo la verdad, que está en muy mal estado». Sin embargo, como la menor no estaba incumpliendo las normas del Fundoma, «tiene permiso para salir hasta las diez de la noche», decidieron esperar a ver si la joven se trasladaba voluntariamente al centro.
«Pero se escapó. Echó a correr y no la alcanzamos. Ahora me pasaré la noche buscando a mi hija por los parques de la ciudad. ¿Qué voy a hacer si no? ¿Dejarla que esté bebiendo y consumiendo droga toda la noche?», se desesperaba María una vez más.
Cambio de centro
Y todo el mismo día en que la menor fue informada de que, tras la queja pública de la madre en este periódico, la fiscalía reactivó su petición al Ejecutivo asturiano de ingresar a la adolescente «en un centro de mayor contención». Según aseguró la madre, «la nena me llamó llorando por la mañana: 'Mami, que me internan', me decía. Y yo solo le podía decir que es por su bien, que es porque la queremos».
Ante la fuga de la adolescente, el Fundoma activó la alerta, «por lo que la Policía tiene que buscarla ahora y llevarla a la UPA, pero no creo que aparezca». María se replantea ahora su decisión de ceder la tutela. «Quería salvar la vida de mi hija, pero sigue en peligro».
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