Una unidad de primera acogida con capacidad para 16 adolescentes

«El Fundoma no está preparado para acoger menores». Coloma García, de la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF), miembro del comité de empresa del Centro Materno-Infantil de Oviedo, lo advirtió en septiembre pasado. Ayer, tras conocer por EL COMERCIO las quejas de la madre de una usuaria, volvió a insistir en que «la Consejería de Servicios y Derechos Sociales debe llevar a cabo ya las obras del Materno, tal y como estaba previsto».

El traslado de la Unidad de Primera Acogida (UPA) a las instalaciones que el Fundoma tiene en Oviedo no ha gustado a nadie. Entienden los trabajadores que el espacio «no es el adecuado» para albergar a los 16 menores que tiene de capacidad la unidad.

Es el primer acceso de los menores al sistema de protección público. Si son bebés, se quedan en la unidad especializada en menores de tres años. La UPA del Fundoma está especializada en adolescentes, a los que atienden 24 horas educadores y auxiliares. La primera categoría profesional se hace cargo de las mañanas y las tardes, mientras los auxiliares controlan las noches. Se trata de una unidad residencial. Es decir, los menores no tienen privada su libertad por haber cometido delitos. «Mi hija está como en un hotel. De 16 a 22 horas la dejan salir todos los días. Y los fines de semana amplían el horario de salida hasta las una de la madrugada. ¿Qué atención es esa para un menor con adicción al alcohol y las drogas?», se pregunta María (nombre ficticio), la gijonesa que denuncia al Principado por atender a su hija cuya tutela les cedió temporalmente por sus problemas de conducta.