Vecinos de Laviada piden que el 'solarón' se quede como parque

Cambiar el asfalto y los ladrillos por césped y árboles. Bajar a la calle y poder disfrutar de un gran parque sin tener que desplazarse hasta otros barrios. Es lo que piden varios vecinos de Laviada que hace más de seis meses iniciaron, a través de las redes sociales, una campaña para recabar con vistas a solicitar al Ayuntamiento que el 'solarón', hoy parque del Tren de la Libertad, se quede como está «para siempre».

La iniciativa, que firma el gijonés Leopoldo Iglesia Álvarez, propone que «el Ayuntamiento se haga cargo de la parcela del 'solarón' en vez de especular con ella y cree así un gran pulmón verde para la ciudad». A fecha de hoy son más de quinientas las personas que firmaron esta petición a través de internet e, incluso, la asociación de vecinos de Laviada decidió, en una reunión de su junta directiva apoyar la propuesta. «En nuestra opinión, el tren tardará todavía muchos años en llegar, así que nos parece estupendo que el parque siga siendo un parque», explicó el presidente de la entidad, Florencio Martínez. Van más allá, y proponen la adecuación y mejora del espacio, que en la actualidad apenas cuenta con césped, unos pocos bancos y farolas y dos caminos para atravesarlo. «Hace tiempo que venimos pidiendo el edificio que albergaba los antiguos Juzgados de Prendes Pando sea reconvertido en un centro municipal similar al de Pumarín. Desde que cerraron la piscina de Panchano los vecinos del centro no disponemos de ningún equipamiento de ese tipo y éste es un buen momento para ponerle solución», señaló. A la propuesta se suman otros servicios, como un parque infantil y canchas deportivas. «Siempre será mejor eso que más edificios, sobre todo si les preguntamos a los vecinos que lindan con los terrenos», señala Martín.

A pie de calle, el sentimiento es similar. «Prefiero mil veces que esto siga siendo una zona a que lo llenen de edificios. De estos últimos tenemos de sobra, pero parques en condiciones ni uno solo en el centro. Eso sí, si deciden dejarlo como espacio verde, que se lo curren un poco y añadan equipamientos», apuntaba la tarde del pasado lunes Alberto Sampedro, quien suele pasear por el 'solarón' con su perra Xana. Elsa Raimúndez también defendió la permanencia del parque. «Asomarte a la ventana y ver esto es una gozada. Eso sí, está un poco desangelado y creo que por eso todavía poca gente lo utiliza».

Miguel Ángel Gallego también se mostró encantado con la posiblidad de que el parque del Tren de la Libertad se quede como está. «Tener una zona verde de este tamaño en pleno centro de Gijón es un lujo y el Ayuntamiento debería verlo. Con un par de cosas que se le añadan para que los niños puedan jugar y haya algo de sombra, quedaría perfecto», expone. Javier Rodríguez es vecino del Carmen y acude a diario al parque con su cachorro. «Un espacio como este nos da la vida a los vecinos de los alrededores. El problema es que no tenemos muy claro a quién pertenece el terreno ni la normativa que lo rige. Somos muchos quienes aprovechamos este espacio para que nuestras mascotas jueguen y corran sin peligro, pero me consta que hay vecinos a quienes les molesta y lo cierto es que no sabemos a ciencia cierta quien tiene la razón», explicó. La creación en el lugar de una zona de juego para perros, agregó, «no molesta a nadie y beneficiaría a muchas personas. El parque, sin duda, tiene que seguir siendo parque, pues cambia completamente el paisaje y lo hace mucho más amable, algo que los turistas notan».

Participación ciudadana

El promotor de la recogida de firmas y el presidente de la asociación de vecinos no son los únicos que piensan así, pues desde hace dos años una página de Facebook aboga por lo que llaman 'un Central Park en Gijón' y ya en 2012 el arquitecto gijonés Jovino Martínez Sierra planteó aprovechar el terreno liberado de las antiguas vías del tren para crear «un espacio experimental, novedoso y polivalente donde el ciudadano tenga algo que decir». Para él, la oportunidad es «irrepetible», pues no es habitual disponer de una superficie tan amplia en pleno centro de una ciudad «El urbanismo tradicional siempre se entendió en base a intereses económicos. Ahora es el momento de consultar a la ciudadanía. De dejar que la gente opine y sea parte del desarrollo de espacios públicos. Es el momento de potenciar un nuevo modelo de espacio urbano contemporáneo que integre diferentes servicios y resuelva el problema de conectividad de las zonas limítrofes», apuntó en conversación con EL COMERCIO. Eso sí, a diferencia de los impulsores de la recogida de firmas, el arquitecto considera que sí es compatible la venta de parcelas para su construcción y la creación de esta novedosa área verde. «Hacer una arquitectura de edificios altos en torre y enlazar la vida residencial con otro tipo de espacios que permitan disfrutar de la naturaleza, diferentes servicios, zonas deportivas y nuevas áreas de actividad es totalmente sostenible».

Un giro de 180 grados

La propuesta, de la que el Ayuntamiento no tenía conocimiento hasta ahora, según pudo saber este periódico, fue calificada por el concejal de Urbanismo, Fernando Couto, de «razonable si se refiere al terreno comprendido entre la iglesia de San José y el Museo del Ferrocarril». Razonable, pero difícil de llevar a cabo. «Renunciar a las plusvalías de la venta de las parcelas edificables conllevaría que fuese el Ministerio de Fomento quien se hiciese cargo del coste íntegro de la operación, que es millonaria. Además, algo así daría un giro de 180 grados al proyecto con el que llevamos trabajando todo este tiempo», explicó el edil. Un giro complicado de sacar adelante, apuntó, teniendo en cuenta «lo mucho que costó ponerse de acuerdo para realizar cambios relativamente pequeños comparados con éste». De todas formas, «mientras no haya una propuesta en firme el Consistorio no podrá estudiarla de forma exhaustiva para tomar una decisión al respecto», sentenció.