P. SUÁREZ
Lunes, 11 de julio 2016, 01:35
La repisa de un duodécimo piso de una torre del Polígono de Pumarín fue el lugar elegido hace meses por una pareja de gaviotas para anidar. Allí nacieron sus dos crías. Constantino Villabrille, testigo desde un edificio cercano de todo lo que acontecía en aquel saliente, les llegó a tomar cariño. «Me maravillaba ver cómo aquel par de polluelos se hacían más y más grandes en tan singular sitio», cuenta. Hasta llegó a bautizar a una de las crías con el nombre de 'Tina'. Pero esta semana, al asomarse a la ventana de la calle de Puerto Cerredo, vio algo que le dejó helado. La dueña del piso donde las gaviotas habían establecido su hogar «sacó el palo de la fregona y golpeó el nido, empujando a 'Tina' fuera de él», cuenta.
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El polluelo sobrevivió al golpe gracias a que fue a parar sobre el tejado de un local próximo, lo que amortiguó la caída, y rápidamente buscó cobijo entre unos árboles cercanos. De inmediato, Villabrille bajó a la calle con unos guantes de nieve y una toalla para intentar coger a la pequeña 'Tina'. No le fue fácil localizarla, pues el animal, asustado, se había cobijado entre las ramas. «Lo primero que hice fue ahuyentar a un gato que merodeaba por allí y que no había cesado en su intento de dar caza al polluelo, situación que generaba un estrés en el ave y que hacía complicada su captura», relata este guardia civil amante de los animales. Al final, con el polluelo ya en brazos y arropándolo con la toalla, telefoneó a los bomberos, que se personaron en el lugar a los pocos minutos para llevarse a 'Tina' a un lugar seguro donde pudiera recuperarse del tremendo golpe. De esto han pasado cuatro días y la evolución del ave es favorable. En cuanto esté en condiciones de poder volar sola, 'Tina' será puesta en libertad.
Pero para Villabrille la historia no termina aquí. Está dispuesto a denunciar a la vecina que empujó el nido para que el polluelo cayera al vacío. «Hay que tener muy poco corazón para tratar de esa manera a un ser vivo, sea persona o animal», lamenta. Según el Seprona, estos hechos son denunciables como un caso de maltrato animal, con el agravante de tratarse de una cría, lo que le incluye en la categoría de 'animal dependiente'.
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