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NACHO PRIETO
Jueves, 17 de marzo 2016, 02:44
Hamlet, el príncipe de Dinamarca creado por Shakespeare, dudaba si, ante las circunstancias que lo afligían, era más digno quitarse la vida o seguir vivo. Pero la gestora que durante el último año rigió los destinos del Club Hípico Astur (Chas), dicho sea con el permiso de la administración concursal, no parece tener la menor duda de que la mejor opción para que los socios puedan seguir disfrutando de la totalidad de sus instalaciones es asumir la liquidación de la entidad y confiar en que el juzgado acierte a elegir, en periodo de liquidación, la opción más beneficiosa para la concursada y sus trabajadores, como no deja de ser su obligación.
La gestora puso de manifiesto ese convencimiento al proponer la liquidación de la entidad y volverá a hacerlo al presentar una candidatura a la presidencia, con el mismo ánimo explícito, a las elecciones que se celebrarán el próximo 8 de mayo si la asamblea general de socios aprueba la convocatoria que a partir de las 18.30 horas de hoy será sometida a su criterio.
Ese año de gestión ha servido para constatar que el Chas tiene contraída una deuda de cerca de dos millones de euros, cantidad claramente inferior al valor de su patrimonio y, por lo tanto, sufragable con la venta parcial de éste, como lo demuestra la circunstancia de que haya habido un inversor interesado en adquirir esa deuda con el objetivo evidente de rentabilizar su apuesta.
12.000 euros al mes
Pero los últimos doce meses han permitido también a la gestora saber que, más allá de atravesar un mal momento, el Chas tiene un déficit estructural acumulable cada mes superior a los 12.000 euros y, mientras la masa salarial no crezca (cosa difícil cuando la oferta consiste en unas instalaciones deterioradas por falta de inversión) o equilibre las cuentas con un desembolso importante, cualquiera que se muestre dispuesto a hacerlo estará animado por el deseo de aumentar su capacidad de decisión en el club, de pasar a ser un nuevo acreedor avalado por un patrimonio cada vez más exiguo, pero todavía suficiente.
Ese planteamiento de la gestora la ha llevado a promover unas elecciones clarificadoras sin la pérdida de tiempo inherente a recursos judiciales contra la sentencia que declaró su incompetencia para solicitar la liquidación y está respaldado por la administración concursal, que en alguno de sus informes ha proclamado inequívocamente que el Chas, con su actual funcionamiento, es, ni más ni menos, inviable.
Explicaciones
Las elecciones permitirán a la gestora defender sus argumentos, pero también a quienes ven las cosas de otra manera explicar de dónde van a salir las inversiones necesarias y cómo se cubrirán los gastos del día a día si salen elegidos con un programa alternativo, así como los sacrificios que habría que pedir a los socios o la compensación que a medio o largo plazo recibirían los inversores. Hasta ahora está claro el objetivo de los deudores mayoritarios, que es hacerse con parte de los terrenos del Chas, y el de la gestora, que es propiciar la máxima concurrencia de proyectos de viabilidad. Si hay más opciones, están por descubrir.
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