Nacho Prieto
Lunes, 21 de diciembre 2015, 01:00
El arzobispo de Oviedo añadió ayer una rogativa particular a las que leyeron los fieles durante la conmemoración de Santo Tomás en la parroquia gijonesa de Granda. «Que el Señor pueda bendecirnos con nuevas vocaciones, porque no damos abasto», dijo Jesús Sanz Montes para explicar, a continuación, que los 30 jóvenes que se preparan en el seminario de Oviedo para el sacerdocio «son un regalo del cielo». No obstante, consideró claramente insuficiente esa expectativa de incorporaciones para atender las más de 900 parroquias que tiene la Diócesis asturiana.
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En su oración, el arzobispo pidió, por una parte, que tengan «perseverancia» los que ya se encuentran en el seminario, con vistas a evitar su abandono, pero también nuevas vocaciones, que consideró indispensables.
La Iglesia asturiana tiene, al parecer, más necesidades que medios humanos para satisfacerlas. En ese sentido, Sanz Montes se declaró ayer metafóricamente «de luto» por el traslado (y ascenso) de quien ejerció durante los últimos años como obispo auxiliar, Juan Antonio Menéndez, quien tomó posesión el sábado como nuevo obispo de Astorga. Montes anunció que «en breve» solicitará al Papa un nuevo obispo auxiliar porque, a su juicio, es necesario. De todas formas, matizó que ese tipo de trámites son a menudo lentos. «La última vez -dijo- desde que hice la petición hasta que se produjo el nombramiento transcurrió año y medio».
Tras la petición oficial a la Santa Sede, si es aceptada por el Papa, la Diócesis tiene que presentar una terna de candidatos, entre la que el Vaticano suele elegir, aunque ésta no es vinculante.
«Sois muy buenos»
Granda acogió ayer con entusiasmo al arzobispo y éste agradeció con no menos entusiasmo el recibimiento, que excedió el desarrollo litúrgico. Por ejemplo, Rafael Loredo hizo en el preámbulo de la misa una breve historia de la parroquia de Granda y destacó una reciente pastoral de Sanz Montes en la que invoca a la esperanza frente a acontecimientos como los atentados islamistas. El vínculo de esperanza y Navidad fue argumento destacado en todo el acto. Loredo comparó la «generosidad» del arzobispo con la de los gijoneses al dedicar dos de sus principales calles a los Moros y a su caudillo Munuza.
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El máximo representante de la Iglesia asturiana recibió también en ofrenda las partituras y textos dramáticos que incorporan la coral de Granda y el grupo de teatro Trama a su trabajo, que Sanz Montes elogió sin reparos como melómano. «Sois muy buenos», resaltó.
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