Rosas rojas por Marcelo

Dijo ayer la sobrina-nieta de Marcelo García, Carmen Eva Pérez, durante una multitudinaria despedida al fallecido presidente de los socialistas gijoneses en el tanatorio de Cabueñes, que incluso en las conversaciones familiares le gustaba a su pariente «ir al grano» y que solía preguntar la opinión por las acciones de gobierno de Felipe González o sobre qué se podría hacer para resolver tal o cual problema. Tal vez la influencia de ese pragmatismo y esa fijación por alcanzar objetivos sociales hizo ayer que el acto fúnebre tuviera algo de arenga electoral y que el mitin posterior, en La Tejerona, incluyera manifestaciones explícitas de duelo.

De lo que no cabe duda es de que la memoria de Marcelo García espolea el orgullo socialista y alienta la lucha de sus correligionarios con vistas a conseguir la recuperación del PSOE.

La más explícita en el tanatorio fue ayer la exconsejera del Gobierno regional María Teresa Ordiz, quien instó a emitir el próximo día 20 un «voto por Marcelo», pero también Santiago Martínez Argüelles, secretario general de la Agrupación Socialista de Gijón, se ocupó de transmitir la convicción de Marcelo García de que «para que las ideas ganen, no sólo tienen que ser buenas sino que hace falta también una estrategia inteligente» a la hora de divulgarlas.

Varios fueron los que hicieron referencia, ya sea por su actitud en otros momentos de duelo o por lo que dijo en algunos episodios de su vida, a lo que Marcelo García hubiera deseado en las actuales circunstancias, y todos coincidieron en señalar que luchar por los ideales y los valores socialistas debe ser siempre lo prioritario.

El caso es que Marcelo García reunió en torno a sus restos mortales el ayer y el hoy del socialismo asturiano, con presencia de buen número de representantes institucionales, pero también de veteranos y fieles militantes que compartieron con el líder fallecido clandestinidad y riesgos. En ese sentido, el presidente del Principado, Javier Fernández, manifestó a EL COMERCIO que el PSOE actual y el de Marcelo García «es el mismo partido, pero sin historia no sería nada».

Cinco intervenciones

Media hora antes de las cinco de la tarde, momento previsto para el acto fúnebre en memoria de Marcelo García, la afluencia de personas al tanatorio de Cabueñes era ya muy superior a la habitual. La capilla de la instalación, desprovista en esta ocasión de símbolos religiosos, no tardaría en llenarse. Pocos líderes socialistas asturianos faltaron, pero los de ámbito nacional, cuya visita estaba prevista por el mitin central del PSOE en Asturias, no llegaron a tiempo de participar. El tiempo estaba tasado, ya que a las seis de la tarde estaba programado otro acto fúnebre.

El féretro con los restos mortales de Marcelo García se encontraba cubierto por sendas banderas del PSOE y de UGT sobre el mismo, su hermano Alberto ('Arquímedes') depositó varias rosas rojas y otros amigos hicieron lo mismo.

Un vídeo de una entrevista con Marcelo García, reflejo de su talante campechano y socarrón, llenó la primera etapa del acto. El dirigente socialista contaba algunas anécdotas sobre sus actividades de proselitismo en la clandestinidad. Luego fueron cinco las personas que intervinieron: Pedro Sanjurjo, presidente de la Junta General del Principado; Santiago Martínez Argüelles, secretario general del PSOE de Gijón; Julio Ramos, cantautor amigo del fallecido; María Teresa Ordiz, exconsejera del Principado, y Carmen Eva Pérez, sobrina-nieta de Marcelo García y diputada regional.

Expresar admiración, gratitud y dolor fue el objetivo común y la anécdota, en muchos casos, la herramienta elegida.

Julio Ramos contó por qué tanto él como Francisco Villaverde se sienten, sin serlo, «sobrinos políticos» de Marcelo García, tras hacerse pasar por esos familiares para obtener hace algunos meses información médica sobre el estado del presidente socialista, cuando ya tenía muy deteriorada su salud. No faltó una emotiva canción, 'a capela', con explícito recuerdo para Encarna Vega, esposa y talismán de Marcelo García hasta su muerte. Carmen Eva Pérez, especialmente emotiva, se refirió a su tío abuelo como miembro de «una generación única de socialistas irrepetibles».

El acto finalizó con el canto de la Internacional.