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Nacho Prieto
Miércoles, 25 de noviembre 2015, 00:17
La hembra de calamar gigante (Architeuthis Dux) capturada accidentalmente anteayer por dos arrastreros que faenaban a la pareja cerca del Cañón de Lastres es el segundo ejemplar de la misma especie que aparece en el Cantábrico este año (el pasado agosto se halló otro al Norte de Getaria, en el País Vasco), pero el primero de Asturias en más de dos años. El precedente inmediatamente anterior data de septiembre de 2013, cuando un par de submarinistas encontraron en las proximidades de la playa de Merón, en Villaviciosa, el cuerpo sin vida de una hembra de la misma especie de unos 80 kilos y siete metros de longitud, cuya necropsia acabaría desvelando que la muerte pudo deberse al ataque de otro ejemplar aún mayor, probablemente en lucha de territorialidad. En el caso de anteayer, la causa de la muerte no parece ofrecer duda: la captura accidental en las redes de dos arrastreros que tenían el mismo objetivo que el animal, es decir, pescar bacaladilla, que es uno de los alimentos habituales del Architeuthis Dux.
Pero una necropsia como la que le será practicada a mediados de diciembre, en el Parque de la Vida de Luarca, a los dos ejemplares localizados este año en el Cantábrico aporta mucha más información que los motivos de la muerte, según explicó ayer a EL COMERCIO el director de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma), Luis Laria.
Por una parte, se avanza en el conocimiento de la enigmática especie, pues nunca fue filmado un ejemplar con vida, y, por otra, de su hábitat. En ese sentido, el Architeuthis Dux se caracteriza por acumular la toxicidad que el cuerpo humano, por ejemplo, se ocupa de eliminar en parte. Las necropsias, por lo tanto, permiten realizar una evaluación ambiental de la zona oceánica donde viven. Laria recordó, a ese respecto, que cerca de la Fosa de Hércules, en aguas gallegas, fueron vertidas, a 400 millas de la costa y 3.200 metros de profundidad, 165.000 toneladas de residuos nucleares de los Estados Unidos de América, Canadá y Europa, con un mínimo de 2.000 años de latencia.
En la lonja
El ejemplar anteayer capturado permanece congelado en las instalaciones de LonjaGijón-Musel. Su destino es ser expuesto en el Parque de la Vida, aunque la falta de apoyo institucional a Cepesma, la misma que le impidió reconstruir el museo que la mar destruyó en Luarca, pueden abortar el proyecto de que Asturias mantenga su posición en el estudio de los calamares gigantes.
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