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Nacho Prieto
Martes, 10 de noviembre 2015, 00:23
Cerca de medio centenar de trabajadores y padres de discapacitados del centro especial de empleo APTA se concentraron a las once de la mañana de ayer frente a la sede de la ONCE en Oviedo para expresar su protesta contra el abandono por la citada entidad de la gestión de APTA, circunstancia que provocaría el cierre y la pérdida de 188 puestos de trabajo, según indicaron a EL COMERCIO fuentes laborales.
Actualmente, según manifestaron las mismas fuentes, la ONCE tiene el 46% de las acciones de APTA y el resto está en manos de la asociación de padres de los minusválidos contratados, que carecen de medios y capacidad de gestión para asumir la gestión que hasta ahora desarrollaba la ONCE.
Los organizadores de la protesta, derivada de una asamblea de trabajadores y de padres de los afectados, consideran que la única forma de que el centro especial de empleo continúe abierto y mantenga la labor social y productiva que desarrolla es que la ONCE reconsidere su postura, ya que «ahora las cosas van mal y es impensable que nadie coja el relevo».
Miguel Criado, monitor y uno de los participantes ayer en la movilización, indicó también que hay dos motivos fundamentales para que la ONCE no abandone ahora la dirección de APTA: una es que «la mala gestión la hicieron ellos y en 2013 había hasta tres directores con un sueldo de 9.000 euros al mes». La otra es que «a cambio de las aportaciones que realizó la ONCE en algunos momentos para sostener el centro, los padres pusieron a su nombre la finca y la maquinaria, que parece ser que es ahora lo único que les interesa. Se trata, además, de un patrimonio procedente en la mayoría de los casos de aportaciones de instituciones para favorecer la ocupación de los discapacitados.
En unas condiciones que reflejan una importante ausencia de unidad, ya que Miguel Criado admite que fue la asamblea de trabajadores y padres la que decidió hacer público el problema, pero el silencio forma parte también del conflicto, todo apunta a que las protestas continuarán.
Prueba de ello es que, en principio, para el próximo jueves está convocada una nueva concentración de protesta, a las seis de la tarde, frente a la sede de la ONCE en la calle Uría, número 16, de Gijón.
Al igual que ocurriera ayer, el objetivo es recorrer algunas calles céntricas para terminar en el Ayuntamiento. La protesta de Oviedo transcurrió sin incidentes y los convocantes aprovecharon para proporcionar a los peatones información sobre el problema.
Aproximadamente la mitad de los 188 trabajadores de APTA están actualmente sometidos a una regulación temporal de empleo, pero toda la plantilla teme quedar sin trabajo si la ONCE abandona.
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