Alicia G. Ovies
Sábado, 17 de octubre 2015, 01:10
«Fueron unos minutos muy largos». La policía judicial de El Coto María Jesús Rodríguez y la enfermera Begoña Fernández salvaron la vida la un hombre de 64 años, que sufrió una parada cardiaca en la Comisaría de dicho barrio, la mañana del jueves, cuando acompañaba a su mujer a renovar el DNI. Estas dos heroínas estuvieron diez minutos haciéndole Reanimación Cardiopulmonar (RCP), hasta que llegó la UVI Móvil, a las 13.54 horas y quiso la casualidad que la hazaña coincidiera en el tiempo con un día tan señalado como el de la concienciación del paro cardiaco en todo el mundo. La llamada fue muy concisa: «Se ha desplomado un hombre y creemos que no respira». En ese momento, el paciente se encontraba en fibrilación ventricular. Fue tras casi una hora y cuatro de descargas del desfibrilador que le aplicaron los miembros del SAMUR cuando lo llevaron al Hospital de Cabueñes, donde se recupera.
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«Fui a la Comisaría a renovar el pasaporte y cuando llegué había gente fuera, pero no sabía si estaban esperando. Entonces me asomé porque ya me iba a tocar. Me pararon a la entrada y fue cuando vi a un señor tirado en el suelo y a una policía reanimándolo», recuerda la enfermera Begoña Fernández.
El hombre, de 120 kilos, acababa de subir a la Comisaría por la calle General Suárez Valdés y se encontraba un poco cansado cuando cayó desplomado sobre la mesa de una de las administrativas. En un primer momento, los testigos lo colocaron de lado al pensar que seguía respirando. Es lo que se conoce como 'gasping' o respiración agónica, lo cual no significa que el corazón del paciente siga latiendo. Fue la agente, que se encontraba allí tomándole declaración a un detenido, quien se dio cuenta de la gravedad de la situación y comenzó a realizar la RCP.
«No dábamos un duro por él»
«Estaba haciéndolo muy bien. Llegué a pensar que no había quien la quitara de ahí», afirma la enfermera sobre su compañera de reanimación. Entre las dos estuvieron realizándole el masaje cardiopulmonar durante unos diez minutos. No era la primera vez que la agente María Jesús Rodríguez se enfrentaba a una parada, de ahí su rapidez a la hora de actuar; no así Fernández, que es enfermera, pero de atención primaria. «No me lo pensé. Alguna vez tenía que ser la primera», recuerda, aunque reconoce que «me sentí aliviada cuando vi llegar a mis compañeros. Se me hizo eterno».
Los sanitarios de la UVI Móvil tuvieron que realizarle cuatro descargas con el desfibrilador y darle varios medicamentos. «No dábamos un duro por él» reconocen los participantes de esta emergencia con final feliz. La situación cambia totalmente, según explican, cuando una persona es atendida desde el minuto cero, llegando a «triplicarle» la calidad de vida: «Mucha gente piensa que al hacer el masaje estas salvando el corazón, pero en realidad estás enviando sangre al cerebro».
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Tres horas más tarde el paciente se despertaba en una de las habitaciones de la UVI del Hospital de Cabueñes sin recordar nada de sucedido. Fueron su mujer y Marta Nonide, una de las médicas del SAMUR, quienes se lo explicaron. Su esposa decidió grabar un vídeo de agradecimiento para la policía, que los sanitarios se encargaron de enseñarle ayer cuando agente y enfermera se reencontraron, reunidos por EL COMERCIO para revivir su milagrosa acción.
«A mí lo que más me sorprendió fue la templanza de su mujer, pero creo que no era consciente de lo que estaba pasando. Cuando lo reanimamos seguíamos teniendo dudas, le dije que era posible que se le volviera a parar el corazón y ella me preguntó: '¿Lo tuvo parado?'», relata la sanitaria.
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Por suerte, ayer, su marido ya se encontraba en perfectas condiciones. «Quiero ir de sidras para agradecéroslo. O si no una buena fabada», les dijo a los sanitarios cuando acudieron a verle al mediodía. La rápida actuación de estas mujeres sirvió para salvarle la vida. «Ella (la policía) fue la única que se atrevió a actuar. Es su verdadero ángel de la guarda», afirma la enfermera. Los tres sanitarios lamentan que en muchas ocasiones personas que podrían salvarse no lo hacen porque nadie se atreve a actuar: «El miedo a hacer más daño es el que les hace echarse para atrás». «La peor situación es cuando alguien se muere rodeado de gente», aseguran.
La muerte heroica de Castro
La sanitaria aprendió la técnica de RCP en los talleres que realiza el Área Sanitaria 5, los mismos que durante la jornada de ayer, coincidiendo con el Día Europeo de Concienciación sobre el Paro Cardiaco, recibieron más de 500 estudiantes en el Centro Municipal Pumarín Gijón-Sur. Entre los asistentes al acto inaugural, estuvo Enrique Castro 'Quini'. La leyenda del Sporting los animó a aprender estas técnicas. «Salvar una vida es lo máximo a lo que puede aspirar el ser humano», afirmó. Para demostrarlo, les contó la historia del fallecimiento de su hermano, quien murió ahogado en la playa de Amió (Cantabria) tras salvar a dos niños ingleses y a su padre. «Hablando con el médico, me dijo que era una pena que no hubiera habido nadie que lo atendiera porque podría haberse salvado», recordó.
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Mariluz Luna fue otra de las participantes. Hace un año su hija la salvó cuando se había atragantado comiendo una almeja. Madre e hija habían acudido por la mañana a uno de estos talleres y supieron inmediatamente cómo reaccionar. «Tenéis que convencer a vuestros padres para asistir a estos cursos. Vosotros podéis salvar vidas», les alentó.
El director general de Salud Pública, Antonio Molejón, también tuvo que atender una vez a una persona estando de vacaciones. «Espero que no os encontréis en esta circunstancia, pero si es así lo primero que tenéis que hacer es no perder los nervios y pedir ayuda», explicó. Vivimos en una sociedad en la que no solemos hablar de la muerte, anotó el jefe de cardiología de Cabueñes, Eduardo Segovia, aunque «hemos conseguido que el tiempo que vivimos sea mayor». En el acto también estuvo Margarita Corrales, profesora de Educación Física del colegio Antonio Machado. El centro no dudo en participar en los talleres porque «es fundamental» que los estudiantes sepan actuar. «Es hora de ponerse las pilas», sentenció Raquel Palacios, una de las organizadoras.
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Son algunas muestras de que participar en talleres, saber realizar la maniobra de heimlich o una reanimación cardiopulmonar puede ayudar a salvar vidas como les pasó a María Jesús y Begoña.
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