Alicia G. Ovies
Miércoles, 14 de octubre 2015, 00:11
Compromiso y adaptación a nuevos retos. Las lanzaderas de empleo tienen como objetivo animar a los participantes a desarrollar la búsqueda activa de trabajo, aprendiendo a conocer las habilidades de uno mismo y enseñándoles a ser «un perfil más atractivo para las empresas». En Gijón, hay actualmente unos 25.000 desempleados. Cuarenta desempleados de diversos perfiles empezaron a participar en el mes de julio en dos nuevas lanzaderas promovidas por el Ayuntamiento, la Fundación Santa María la Real y la Fundación Telefónica. De ellos, diez ya tienen empleo.
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Estos grupos de trabajo funcionan como «una pequeña empresa», distribuyéndose en distintos departamentos. «El de audiovisual nos ayuda a hacer una marca de equipo. El de recursos humanos, a sacar lo mejor de nosotros y el de intermediación a acercarnos a las empresas para que nos cuenten su visión», explicaron Isaac Lastra y Sofía Díaz, dos de los participantes de esta segunda edición. Además, tienen formación externa, acudiendo a aquellos cursos o jornadas que les puedan parecer interesantes.
«Encuentras sinergias con el resto de personas, te haces más activo, incluso los compañeros te cuentan habilidades que tú desconocías que tenías», relatan sobre las ventajas de acudir a estas lanzaderas, que aúnan perfiles muy distintos. Aunque no todo está relacionado con el empleo, el trabajo en equipo, el optimismo y la solidaridad son algunos de los valores que se llegan a desarrollar durante esta experiencia.
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