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Alicia G. Ovies
Miércoles, 17 de junio 2015, 00:17
Con más de cien campeonatos ganados a sus espaldas, tanto en ámbito nacional como internacional, y tras 27 años vinculados a la raza de los setter, el criadero Los Vitorones sumó este fin de semana un nuevo título a su palmarés. Lo logró gracias a una hembra de setter escocés, la Goango Black Hip Hip Hooray, llamada 'Mari Pili'. De dos años y medio, la perra logró imponerse en la mundial canina de perros de pura raza celebrada en Milán la semana pasada, de jueves a domingo. «Estamos encantados de la vida. No íbamos con muchas expectativas, más bien a ver cómo estaba la actualidad de la raza», explica Julia Bango, hija del añorado hostelero gijonés Víctor Bango, 'Vitorón', fallecido en 2013 a los 77 años.
El campeonato de Italia es uno de los más complicados, pues «es el país de los setter». «Nacen unos 25.000 perros al año», explica Bango. En esta edición participaron 29.000 canes de todas las razas. Por eso esta victoria es tan importante para ellos. La criadora considera que la razón por la que su ejemplar fue ganadora se debe al estándar racial de 'Mari Pili', el cual «se acerca mucho al que está marcado». Esta perra puede presumir de un gran curriculum a pesar de su corta edad. Ha ganado el Campeonato de España y la exposición de Madrid, una de las más importantes del país. «Está en un momento muy óptimo», afirma Bango, quien espera seguir logrando campeonatos, pues «hay que aprovechar entre los dos y cinco años».
Homenaje a su padre
El criadero de Los Vitorones, situado en Carreño, cuenta en la actualidad con unos 35 setter ingleses y escoceses, sin incluir a los cachorros. El nombre del mismo es un homenaje que Julia Bango quiso hacerle a su padre, quien le inculcó el amor por estos animales. «Los crió toda su vida como un hobby. Todo lo que sé es gracias a él», recuerda.
Desde entonces Bango no solo ha logrado hacerse un nombre en este mundo gracias a sus ejemplares, sino que es jueza internacional de la Real Sociedad canina de España de varias razas. «El estándar racial viene marcado por la función que tiene que desarrollar el perro a posteriori. Es algo complicado», explica. Por ejemplo, una raza que sea cazadora tiene que tener «buenos aplomos y una gran estructura física». Los setter se caracterizan por ser «muy activos y con una buena capacidad para relacionarse con la gente». La labor del juez es «buscar a los ejemplares que más se asemejen a esos estándares». Estos concursos suponen para los criaderos una forma de comprobar que el trabajo que están realizando es el idóneo.
«Es la única manera de hacer un trabajo real». En Los Vitorones también utilizan a sus perros para cazar. Ángel Lamar -su socio y marido- se ocupa de entrenarlos y de que estén en buenas condiciones físicas. «Yo del pelo, de la alimentación, el baño...», relata Bango. Algo que no suelen hacer el resto de cazadores con sus ejemplares. «Muchos de ellos son vilipendiados. Los tienen como un instrumento y no suelen estar en las mejores condiciones», critica.
Con una vida dedicada a sus perros, Bango lamenta la impunidad que existe en España hacia el abandono. «La ley debería ser implacable. En este país nos queda mucho por evolucionar. A veces, en el extranjero, me avergüenzo», reconoce la criadora cuyo lema es que «la cultura de un pueblo y el grado de la misma se mide por el respeto que le tiene a los animales».
La próxima parada para Julia Bango y sus perros será el domingo en Burgos, donde buscará sumar puntos para el campeonato nacional.
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