Iván Villar
Domingo, 14 de junio 2015, 14:46
Fue una tarde de tormentas. La primera rompió con lluvia y granizo sobre la plaza Mayor cuando la Casa Consistorial era ya un hervidero de concejales electos e invitados. La segunda lo hizo en forma de silbidos y consignas con los que colectivos como las asambleas de trabajadores en lucha y los despedidos del Centro Especial de Empleo APTA quisieron hacerse oír a las puertas del Ayuntamiento. El medio centenar de personas que desde tres cuartos de hora antes del comienzo del Pleno se agolpaba en los soportales del Consistorio para guarecerse de la lluvia recibió con un sonoro abucheo al exalcalde y expresidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, y a la exalcaldesa Paz Fernández Felgueroso.
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Comportamiento muy diferente al que mostraron a la llegada de los concejales de Xixón Sí Puede, recibidos con gritos de «sí se puede» que no tardaron en mezclarse con cánticos contra el PSOE y el Partido Popular. «No le debemos nada a nadie», arengaba un afín a Podemos a Mario Suárez del Fueyo, uno de los protagonistas de la sesión que aún estaba por comenzar. La tercera tormenta se viviría ya dentro del salón de Plenos con el cruce de reproches entre el propio Suárez del Fueyo y el portavoz socialista José María Pérez, reflejo de la ruptura entre Xixón Sí Puede y el PSOE que ya había quedado certificada 24 horas antes y que a la postre acabó ratificando en la Alcaldía a Carmen Moriyón por falta de acuerdo en la izquierda.
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La hora límite para intentar un pacto que nunca llegó eran las seis de la tarde. Para entonces casi cuarenta personas abarrotaban el salón de plenos para seguir el acto en directo. Junto a los invitados institucionales (Álvarez Areces, Fernández Felgueroso y representantes de la Fiscalía, la Comandancia de la Guardia Civil, la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, la Policía Local, la FAV, Les Caseríes, la Autoridad Portuaria, el Tribunal Económico Administrativo, el Consejo Consultivo, USO, CC OO, UGT, Asprocon, Asociación Empresarial de Hostelería, Unión de Comerciantes y Femetal) había dos invitados por grupo, entre los que destacaban por el significado de su presencia los dos de Xixón Sí Puede, Luis Emilio Díaz, trabajador del Hotel León, y María Fernández, de la residencia mixta de Pumarín. Sus causas particulares no fueron las únicas representadas en la sala, ya que tres de los seis concejales del grupo impulsado por Equo y Podemos lucieron camisetas de apoyo a distintos colectivos: la plataforma feminista, la asamblea de trabajadores en lucha y los afectados por hepatitis C.
Cuando pasaba un minuto de las seis el secretario municipal, Miguel Ángel de Diego, dio comienzo a la sesión leyendo los artículos que regulaban el acto y llamando a Manuel Arrieta (edil de ás edad) y Jesús Martínez Salvador (el más joven) para constituir la mesa de edad. Fueron los primeros en tomar posesión de su cargo, el primero jurando sobre la Biblia y el segundo prometiendo sobre la Constitución. Tras ellos lo hicieron, por orden alfabético, los 25 concejales restantes, empezando por David Alonso y terminando por Mario Suárez. Solo los tres del PP utilizaron la fórmula del juramento. El resto optaron por la promesa, siete de ellos en asturiano. Varios de los ediles de Xixón Sí Puede alteraron el enunciado habitual, añadiendo referencias a su disconformidad con el marco jurídico actual. Estefanía Puentes, por ejemplo, prometió hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado «hasta que el pueblo la cambie e incorpore la prioridad de las personas y no de los bancos». Y Verónica Rodríguez, que eludió el protocolo de poner su mano sobre la Carta Magna, dijo en asturiano que se sometería a ella «hasta que cambiemos las leyes y estén al servicio de los de abajo y no de les élites políticas y económicas». Aunque todos los integrantes de este grupo recogieron la medalla que les identifica como ediles, su portavoz apuntaría después en su intervención que lo aceptaban «por no hacer ningún desprecio», aunque consideraba que «es un gasto que hay que evitar en el futuro».
Intervenciones
Constituida ya la Corporación con sus 27 ediles, comenzó el turno de intervenciones de los portavoces. Lo abrió José Carlos Fernández Sarasola, de Ciudadanos, haciendo un llamamiento a trabajar entre todos en favor de la estabilidad institucional. «Los ciudadanos nos han elegido porque confían en nosotros y en nuestra capacidad para aportarles soluciones, no para que les generemos más problemas», advirtió. Tras él Aurelio Martín, de IU, centró su discurso en el lamento por la falta de acuerdo entre la izquierda y abogó por el acuerdo de todas las fuerzas para afrontar problemas como la pobreza y las infraestructuras. El portavoz del PP, Mariano Marín, prometió «una oposición responsable y de mano tendida», si bien aseguró que seguirá trabajando «para que se consolide en Gijón un gobierno de centro derecha» en el que tenga cabida su partido.
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Mario Suárez, de Xixón Sí Puede, remarcó que su grupo representa «una nueva política, la de la democracia que se construye en las plazas, en las mareas y en los barrios» y criticó al PSOE por su intento de «chantaje» con un cambio de «votos por sillones». El socialista José María Pérez, por su parte, lamentó que en Gijón «no haya podido materializarse el cambio que pidieron las urnas y que hemos visto en Madrid, Cádiz o Sevilla». El último turno fue para Fernando Couto, portavoz de Foro, quien destacó que en la ciudad «se puso fin al bipartidismo» en 2011, «una realidad que hoy se consolida con seis fuerzas en la Corporación». Aseguró que el fin de su partido será «dotar de estabilidad al Ayuntamiento, para que nuestro futuro no quede en manos del destino, de la improvisación, de propuestas cortoplacistas».
Tras las intervenciones, y con cuatro candidaturas sobre la mesa Moriyón, Pérez, Suárez y Marín, se procedió a una votación secreta en urna que no deparó sorpresas. Foro, PSOE, Xixón Sí Puede y PP apoyaron a sus respectivos líderes e IU y Ciudanos votaron en blanco. Sin mayorías absolutas, el bastón de mando le fue adjudicado a Moriyón, quien no quiso recibirlo hasta después de leído su discurso, para intervenir ante el resto de ediles solo con su medalla de concejala. Ya ratificada alcaldesa, fue la encargada de cerrar el Pleno de Gijón. La atención pasó entonces a los teléfonos móviles, donde todo el mundo esperaba noticias de Oviedo.
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