Olaya Suárez
Viernes, 5 de junio 2015, 00:13
En chanclas, con unos pantalones cortos del Sporting y llevando en la mano el medicamento para tratar los problemas mentales que padece, así como el auto de la jueza que le impide acercarse a menos de 200 metros de su exnovia y que le cita para el juicio por un delito de violencia en el ámbito familiar el próximo día 16. El exfutbolista Juanele salía ayer en libertad con cargos de los calabozos del Palacio de Justicia dos días después de que la Policía Local lo detuviese por agredir, supuestamente, a su expareja sentimental con un bate de béisbol en la peluquería que ella regenta en El Natahoyo.
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En la declaración ante la jueza de Violencia de Género, el que fuera jugador del Sporting y de la Selección Española negó tajantemente haber atacado a Ana Espinosa, contradiciendo de esa forma la versión de la propia víctima y la de los tres testigos que en el momento de los hechos se encontraban en el negocio: dos clientes y otra peluquera.
Además de los testimonios de las personas que estaban presentes, se valoró el informe médico del Hospital de Jove en el que se recogían los politraumatismos que sufrió su expareja sentimental como consecuencia de la presunta agresión. «Entró en la peluquería y sin mediar palabra sacó un bate que llevaba debajo de la sudadera y me dio un golpe en la cabeza que me hizo caer al suelo, quedé medio inconsciente, pero él me seguía dando golpes por todo el cuerpo hasta que, como pude, me levanté y corrí a la calle para pedir ayuda», relató a EL COMERCIO la denunciante.
Dos policías asignados
Después de seis horas de declaraciones, valoraciones de forenses y deliberaciones, la titular del juzgado de violencia decretó la puesta en libertad del arrestado a petición del representante del ministerio fiscal, quien no solicitó su ingreso en prisión. Juanele ya cumplió condena en el centro penitenciario de Villabona en 2011 por un delito de violencia de género, en esa ocasión por provocar destrozos en el vehículo de su exesposa -otra mujer distinta a la actual denunciante-. Aquel episodio de hace cuatro años ocurrió en el aparcamiento del Real Grupo de Cultura Covadonga y causó los daños en otro turismo al confundirlo con el que realmente tenía como objetivo.
Al conocer la puesta en libertad del presunto agresor, Ana Espinosa aseguró ayer que no tenía miedo al saber que su expareja sentimental volvía a estar en la calle. «Hubiese preferido que lo enviasen a la cárcel, pero estoy tranquila, tengo una orden de alejamiento y a dos policías asignados por si pasa algo para que los pueda localizar rápidamente», dijo la mujer, quien debido a las lesiones que padece en un brazo no podrá trabajar como peluquera durante varias semanas. «Abrí el negocio hace pocos meses y ahora me veo con esto... Esperamos que pueda retomar la normalidad lo antes posible y pasar página», lamentó.
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