Los sacerdotes acompañan el féretro de su compañero a la salida del Espíritu Santo.

Multitudinario adiós a José Manuel Fueyo

Casi un centenar de sacerdotes despiden a un compañero «siempre disponible»

Alicia G. Ovies

Jueves, 12 de marzo 2015, 00:37

La iglesia del Espíritu Santo se llenó de feligreses que querían despedirse de uno de sus párrocos más queridos , José Manuel Fueyo, fallecido la madrugada del miércoles a los 83 años a causa de una larga enfermedad. En una multitudinaria misa celebrada ayer en el número 56 de la calle Magnus Blikstad, sus compañeros recordaron el compromiso que siempre tuvo por su parroquia. Casi un centenar de sacerdotes se reunieron alrededor del féretro para homenajear a «un amigo que siempre estaba disponible», como lo recuerda Adolfo Mariño, párroco de San José.

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La emotiva ceremonia fue ordenada por el obispo auxiliar de la diócesis de Oviedo, Juan Antonio Menéndez, quien lo recordó como «un hombre de Iglesia cuya pasión era la evangelización». «Era un padre para todos», añadió. Su hermano, Fernando Fueyo, popular cura de San Nicolás de Bari y capellán del Sporting, no pudo evitar emocionarse por momentos.

El barrio de Laviada salió a la calle para honrar el recuerdo de un hombre que se ganó el cariño de sus feligreses durante los 31 años que formó parte de la iglesia del Espíritu Santo. Los jóvenes, con los que siempre fue muy cercano, tampoco quisieron faltar a la despedida. El parkinson le hizo tener que retirarse antes de tiempo y en 2001 se vio obligado a dejar de dar misa. «Ante una enfermedad tan difícil como esa, él no dejó de dar un testimonio de fe y esperanza. Nunca se quejó», afirmó Mariño, quien lo conoció hace ya doce años y que resaltaba ayer su entereza durante todo el proceso. A pesar de ello, nunca dejó de preocuparse por su parroquia.

José Manuel Fueyo siempre estuvo muy implicado en la que era su pasión. Durante todos los años que estuvo dedicado a la Iglesia fue formador en el Seminario, párroco, vicario del Apostolado Seglar y uno de los fundadores del grupo de El Bibio. Era durante los partidos de su Sporting cuando José Manuel, al igual que su hermano Fernando, disfrutaba como un aficionado más.

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