Atraca una oficina de la Caja Rural tras hacer cola y se va sin percatarse ningún cliente

Llegó a primera hora, casi recién abierta la oficina. Esperó pacientemente el turno para ser atendido por el cajero. Cuando le tocó, sacó discretamente una pistola y susurró la frase de las películas: «Esto es un atraco. Deme todo el dinero». Logrado su objetivo, se fue. «Fue todo tan rápido que no se enteró nadie. Ni siquiera el cliente que esperaba en la cola tras él».

Así describe la Caja Rural de Asturias lo ocurrido a las 8.45 de ayer en la oficina que tiene abierta en la avenida de Manuel Llaneza. Un atraco con una pistola sin heridos y con el que el delincuente «se llevó poca cantidad» de dinero.

Según fuentes policiales, el atracador «actuó a cara descubierta» y nadie se percató de sus intenciones «porque llevaba la pistola oculta entre la ropa». De hecho, el arma solo fue vista por el cajero que tuvo que entregarle el dinero que tenía a su disposición. Caja Rural insiste en que «fue poca cantidad» porque los protocolos de seguridad aconsejan que no haya demasiada liquidez en las entidades a primera hora.

Una vez avisada la Policía, la sucursal fue cerrada durante varias horas para la toma de declaraciones y recogida de posibles huellas, así como de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad. Los agentes localizaron el arma utilizada en el atraco bajo un coche estacionado a poca distancia. La investigación está siendo llevada por agentes de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Gijón, que ha establecido un amplio dispositivo policial para localizar al atracador, que sigue huido.

Segundo en seis meses

Ese es el segundo atraco que sufre la Caja Rural en Gijón en los últimos seis meses. El anterior tuvo lugar en septiembre, cuando un expresidiario vasco, con numerosos antecedentes penales, asaltó la oficina de La Calzada. Como en este caso, el atracador actuó a cara descubierta y no causó heridos. Se llevó un botín de 2.500 euros. De ellos 500 y un revólver le fueron incautados en el momento de su detención, cuatro días después, en Oviedo.