Alicia G. Ovies
Sábado, 21 de febrero 2015, 00:42
«El acogimiento es algo que el niño nunca va a olvidar». Adrián Gómez es una de las personas que ayer participó en el XIII Encuentro de Familias de Acogida de Cruz Roja para compartir su experiencia con otros 'padres'. «43 menores fueron acogidos durante 2014 por 59 familias», según informó Graciela Blanco, consejera de Bienestar Social y Vivienda, que intervino en la clausura del encuentro en el que se presentó la campaña 'Acogimiento familiar. En familia, por derecho'. «Además, 173 personas recibieron información sobre los diferentes planes», añadió.
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Este proyecto se divide en dos planes: el voluntario, que solo se realiza en Asturias, por el que durante fines de semana y vacaciones acoge a un niño que se encuentra separado de sus padres; y el canguro, por el que las familias de acogida se quedan con ellos hasta que son adoptados o se hacen mayores de edad. Blanco resaltó también la importancia de «difundir y dar a conocer este programa para que sean muchos más los ciudadanos que conozcan los beneficios de participar en él». «Muchos de estos menores vienen con problemas por su situación familiar y sois vosotros los que detectáis y combatís esos problemas», afirmó. La consejera aprovechó la ocasión para animar a todos los que deciden dar este paso: «Sois una alternativa a una vida en un centro».
Familias monoparentales o biparentales. Da igual cuantos sean los miembros «mientras ofrezcan su hogar y cuiden a los niños». Como hizo Adrián Gómez: «Hace cuatro años que decidí acoger porque una prima me animó. En aquel momento Aarón tenía 8 años». Él es un ejemplo del primer caso, aunque ahora tiene pareja: «Nos adaptamos muy rápido el uno al otro», reconoce.
Marifé Gutiérrez se encuentra en una situación parecida, aunque ella ya tiene una hija: «Al principio les costó un poco, pero ahora se quieren con locura». Marina, de 11 años, no tuvo una vida fácil. «De noche en la cama es cuando más habla de ello», cuenta Gutiérrez. Ahora le encanta estar con su nueva familia. «Pasamos mucho tiempo juntas. Muchas veces está deseando que mi hija salga para poder estar las dos solas y le gusta dormir en mi cama. Son niños que buscan en nosotros lo que nunca han tenido», explica. Desde hace dos años, Marina se encuentra perfectamente adaptaba en su nueva familia. «A mis padres se les cae la baba con ella. Están encantados», reconoce.
Antonio Roncero y María Jesús Medina tan solo llevan unos meses dentro del plan: «Siempre habíamos pensado en adoptar, pero al final optamos por esto». Ellos tienen una hija de 23 años que vive en Madrid y a la que ya han ido a visitar con la niña a la que acogen. «Aunque sea un fin de semana para ellos es mucho. Se nota en su forma de ser, en sus estudios», afirma Marifé Gutiérrez.
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