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Marcos Moro
Domingo, 26 de octubre 2014, 01:17
«Nunca me presento a nada para perder». Esa frase pronunciada por David González Medina durante la campaña para el último congreso local define a la perfección el carácter competitivo y ambicioso de alguien que desde muy joven tuvo claro que su meta era presidir el PP de Gijón. Algo que consiguió el pasado sábado, a los 28 años, convirtiéndose en el líder de agrupación local más joven de España en ciudades de más de 100.000 habitantes. Conquista que le ha permitido igualar en precocidad a quien ha sido su gran valedora política en este proceso, la presidenta regional Mercedes Fernández, quien también asumió el mando local del partido a idéntica edad.
Madrugador. Se levanta muy temprano entre semana y tiene la costumbre de ejercitarse en e l Grupo Covadonga antes de acudir a la academia que ha abierto.
Enseñanza. Desde que finalizó sus estudios se ha ganado la vida dando clases particulares a alumnos de Bachiller siguiendo los pasos de su padre .
Errores de juventud. Su afición a salir por la noche ha emborronado su historial, aunque él dice que lo tiene todo superado.
Trayectoria política. Milita en el PP desde hace 10 años. Desde 2010 presidía Nuevas Generaciones en Gijón y acaba de ser elegido presidente local con 28 años.
Tanto partidarios como detractores le reconocen su habilidad para alinearse siempre con los centros de poder del partido tanto en Asturias como en Gijón. De jugar siempre a caballo ganador. En 2011 fue de número 11 en la lista municipal encabezada por Pilar Fernández Pardo y tras la defenestración de ésta como presidenta del PP local fue un miembro activo de la gestora impuesta por la dirección regional en la que tenía un puesto nato como presidente de Nuevas Generaciones.
Formado en el Colegio Corazón de María, donde su padre es profesor, tiene la licenciatura universitaria en Filología Hispánica. Los mundos de la política y de la enseñanza siempre han ejercido en él una especial fascinación. Quienes le conocen bien aseguran que ha invertido tanto tiempo y esfuerzo en formarse para la actividad docente como para perfeccionar sus destrezas en el conocimiento de la comunicación política. Hasta el punto de pagarse de su bolsillo cursos en Madrid para aprender los entresijos de lo que veía en su serie televisiva favorita: 'El ala oeste de la Casa Blanca'.
Presume de que su formación académica y la experiencia profesional le permiten tener un compromiso político diferente que «nace del contacto directo con los problemas y realidades de la vida cotidiana y no en los despachos o en el paso de un cargo a otro».
Madruga mucho entre semana y es fácil encontrarle a primera hora ejercitándose en el Grupo Covadonga, donde no hace mucho solía coincidir con el exconcejal de IU Jorge Espina. Para él, leer los periódicos en su casa del barrio de Laviada antes de las ocho de la mañana y después ir a entrenar al club de las Mestas es un ritual que no perdona antes de acudir al centro de estudios Rey Pelayo, la academia que ha abierto hace poco como emprendedor en Pablo Iglesias para ofrecer apoyo escolar a alumnos de Primaria, ESO y Bachillerato.
Sus arraigadas convicciones religiosas le hacen defender posturas que personas de su propio partido consideran como «excesivamente radicales e intolerantes» en algunos temas. Ha sido monitor de su parroquia y los fines de semana los suele dedicar a ir al monte, a su familia y a su novia Ana María Herrera.
Los errores de juventud de González Medina que han salido a la luz pública en plena campaña congresual han estado ahí como un runrún continuo desde que en junio de 2010 se puso al frente de la organización juvenil del PP, cargo para el que fue reelegido en 2013. Una condena por tráfico de hachís con su antecedente penal cancelado cuando tenía 18 años y una infracción administrativa por tenencia de cocaína en un pub de El Carmen, en 2011, cuando ya era presidente de Nuevas Generaciones, son los borrones en su historial. Su reacción ante la difusión incluso nacional de estos hechos fue presentarse como víctima de una campaña de insidias, falsedades y calumnias. Reconoció que en su juventud hizo cosas de las que no se siente especialmente orgulloso por no tener la cabeza bien amueblada, y aseguró que todo eso quedó atrás «con trabajo, esfuerzo y capacidad de superación».
Al margen de la polémica que ha rodeado a su elección como nuevo presidente del PP de Gijón, a David González Medina le toca liderar el partido en el momento de mayor división de su historia reciente con un grupo de concejales que no reconoce su legitimidad.
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