El primer café del Dindurra

Un economista gijonés de 51 años se convirtió esta mañana en el primer cliente de la 'era moderna' del Dindurra. El café abrió sus puertas a las 8.50, con cierto retraso sobre la hora prevista, inmerso aún en los últimos preparativos tras la inauguración oficial de anoche. "¿Atendéis ya?", preguntó. "Sí, pasa". Se sentó, fiel a su antigua costumbre, en una mesa del lateral izquierdo y pidió un café con leche. Enseguida llegó el encargado para preguntarle si podían fotografiarle. Querían su imagen histórica para Facebook. "Lo siento. No", replicó este gijonés poco amigo de figurar. Unos minutos después, EL COMERCIO se sienta a su mesa. ¿Qué tal está el café? "Bueno. Mejor que antes", informa Ángel (autoriza a dar sólo su nombre). "Suelo tomarlo flojo así que quizá no sea la persona más indicada para emitir un juicio", matiza. ¿Y el local? ¿Cómo lo ves? "Espectacular", resume.

Ángel autoriza a que EL COMERCIO fotografíe el ticket de su consumición, el primer euro cincuenta que ingresa el Grupo Gavia tras su monumental inversión en el centenario café. Hasta ahí llega su prudencia. Las mesas se van llenando poco a poco. Este Gijón no es madrugador. A las 9.30 hay dos tercios ocupadas. Y las camareras, una por cada 'flanco', andan un poco apuradas. Unos clientes disfrutan con la mirada, otros se impacientan por algún que otro retraso. "Están en fase de ajuste", razona Ángel, el hombre que ha reestrenado el viejo café, por donde se puede distinguir al entrenador del Juanfersa, a Eloy Olaya, a los dueños de la Academia Meta, a Chus 'el del Zapatero'... Y a varios socios del Grupo Gavia, que van tomando posiciones según avanza el minutero. Las sensaciones generales son maravillosas. Gijón ha recuperado su antiguo café.