Acceso principal al Hospital de Jarrio, adonde fueron derivados en los dos últimos años medio centenar de pacientes de Gijón y Avilés.

Jarrio seduce a los gijoneses

El hospital de Coaña pulsa la opinión de los pacientes derivados. El 87% lo califica de «muy bueno», sobre todo el personal

Laura Fonseca

Sábado, 4 de octubre 2014, 00:26

Jarrio saca pecho en Gijón. El 87% de los pacientes gijoneses que han sido derivados al hospital de Coaña para someterse a una intervención quirúrgica otorgan al centro sanitario del noroccidente una elevada puntuación, a la vez que se muestran altamente satisfechos con el trato y la atención recibida. Así lo revela una encuesta que el Hospital de Jarrio ha realizado entre los enfermos derivados desde Gijón y también desde el Área III (Avilés). Tras pasar por sus quirófanos -la mayoría para operaciones que en principio no requieren de ingreso-, nueve de cada diez otorga al centro hospitalario la calificación de «muy bueno». Un 80% lo considera «un hospital familiar» y pese a que el desplazamiento puede resultar un handicap (el viaje en carretera es de casi una hora), la mayoría lo considera una circunstancia asumible.

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De buena cuenta de ello puede dar el gijonés Ángel Antonio González Iglesias, intervenido en Jarrio el pasado mayo de una rotura de meniscos en la rodilla derecha. En Cabueñes la opción «era esperar entres seis y ocho meses como mínimo. Ya me habían hecho el preoperatorio en Gijón cuando me ofrecieron la opción de ir a Jarrio. No me lo pensé dos veces, me dolía mucho la rodilla y no quería esperar más», resume. Su experiencia fue «muy buena». «Ya se lo he recomendado algún amigo que está en una situación similar», apostilla.

«No hay griterío»

Cuenta que la impresión que se llevó de Jarrio es la de «un hospital donde todo es mucho más familiar. Aparcas a la puerta y cuando entras no hay ningún tumulto ni griterío, como suele pasar en Cabueñes, que está masificado». Ángel no tuvo que quedar hospitalizado, «pero tampoco me hubiese importado, aunque ahí la dificultad mayor es para los que van de acompañante», dice. No obstante, no ve el viaje hasta Jarrio como un problema. «Es un paseín de una hora y si con eso te evitas tener que esperar varios meses por una operación, pues mira que bien». Este gijonés, repartidor de profesión, de 44 años, recuerda que el día de la operación llegó a Jarrio a las ocho de la mañana y a las dos de la tarde marchó para casa sin nada de dolor. «Al día siguiente me llamaron para ver cómo estaba».

Ángel y sobre todo su mujer se llevaron una muy buena impresión con el personal, en especial con las enfermeras, «que son majísimas». Antes de irse, cuenta hasta le dieron un café de su propio termo. Este gijonés está ahora pendiente de otra operación similar en la otra rodilla. «Ojalá me llamen de Jarrio», confiesa.

Las derivaciones de pacientes es una medida a la que el Servicio de Salud recurre cada vez con mayor frecuencia con el objetivo de reducir las abultadas demoras. Entre 2013 y 2014, Jarrio operó a medio centenar de pacientes enviados desde Gijón y Avilés. Los hospitales de las alas, además de Arriondas, suelen tener menor saturación y muestran en algunas especialidades unas ratios de demora mucho más bajas, lo que anima al Sespa a ofertar a los pacientes ser operados fuera de su área.

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La gerente del Área Sanitaria I realizó un balance «muy positivo de la experiencia. Es un paso más hacia el trabajo en red de todos los hospitales», indicó. Amalia Franco avanzó que el hospital de Coaña continuará trabajando «en esa línea, ya que es bueno para los enfermos de Jarrio y de toda Asturias que contribuyamos a reducir las demoras». Eso sí, aclara que el hecho de atender y operar a pacientes de otras áreas sanitarias no supone «en ningún momento un aumento de la demora para los usuarios de Jarrio que estén en lista de espera».

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