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José Luis Llorens, con la Virgen de la Soledad al fondo.
La Soledad «no  ye marinera»

La Soledad «no ye marinera»

José Luis Llorens recuerda que las dos veces que Cimadevilla procesionó por mar «hubo temporales». La virgen sale el domingo

Óscar Cuervo

Viernes, 19 de septiembre 2014, 00:42

Es una de las capillas del barrio desde el siglo XVII y hogar también de la Virgen de la Soledad. Cimadevilla, que sigue en fiesta, prepara a una de sus patronas para la procesión del domingo (20 horas, acompañada por el Cristo de Medinaceli y San Pedro), culmen de dos semanas de devoción dedicadas a las vírgenes de Los Remedios, primero, y de La Soledad, después.

Sobre esta última -cuya medalla entregará EL COMERCIO el domingo a cambio del cupón que aparecerá en el periódico y un euro- habla José Luis Llorens, antiguo hermano mayor de la Hermandad de la Santa Vera Cruz y responsable de la preparación de la virgen de cara a la procesión del domingo. «La virgen vinculada a Cimadevilla era la de Santa Catalina, que estaba en el Cerro mirando a San Lorenzo. Pero un temporal tiró su capilla y decidieron, en el siglo XVII, erigir ésta a la Virgen de la Soledad», cuenta Llorens, quien vincula la elección al carácter pescador de Cimadevilla.

«De aquella se iba también a la pesca de la ballena. Fue entonces cuando decidieron apadrinar a la Virgen de la Soledad. Porque la verdad es que los marineros en la mar se encuentran muy solos», agrega.

«No quería salir»

Pese al vínculo de la virgen con la mar, Llorens también narra cómo numerosos vecinos tuvieron que dar la vuelta en las dos únicas procesiones marítimas intentadas hasta la fecha, «la última hace unos 30 años». «Se levantaron temporales. No quería salir a la mar, no ye marinera», bromea.

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