Y esta noche fiestón

Sin copa: 5 euros. Con copa: 10. Ese es el precio de la entrada para la que se ha convertido ya, por derecho propio, en una de las citas ineludibles de este verano para los más jaraneros, un lugar para dejarse ver y mirar, porque la presencia de «gente guapa» está asegurada. Aunque, a decir verdad, la mayoría de quienes están llamados a la fiesta que a partir de esta medianoche marcará la despedida de la edición número 58 de la Feria en El Jardín entrarán sin pasar por taquilla ni tener que desembolsar ni un solo euro.

Así, al menos, lo contaba ayer Floro Gordillo, el hombre que, desde hace años, es el principal organizador del sarao. No han escatimado en invitaciones, y los trabajadores del certamen tienen asegurado el pase franco al presentar sus acreditaciones.

Será para ellos y ellas el punto final a 17 días de un trabajo que puede resultar agotador, el momento que muchos aprovecharán «para divertirse y tomar una copa tras lo que han vivido juntos, algo muy guapo», resume Gordillo, que, como también es ya tradición, comenzará la velada formando parte de uno de los grupos que, antes del festejo, se reunirán a cenar en alguno de los restaurantes de la ciudad.

«Diversión asegurada»

«La diversión está asegurada», concluye el mentor de una cita que «reúne a varias generaciones» y que tiene «mucho nivel», porque, además de currantes, acudirán las caras más visibles de la noche gijonesa y varios representantes de la hostelería. Cientos de personas -no precisa cuántas, pero «muchas»- ansiosas de culminar su tarea en el recinto ferial con un fiestón por todo lo alto.

Y, aunque hace tiempo que Floro ya no organiza aquello de Míster y Miss Feria, «porque, aunque estaba muy bien, daba mucho trabajo», una de las que ya ha confirmado su presencia es María García, azafata en el estand de Telecable que representará a Asturias en la próxima gala de Miss World Spain, que tendrá lugar el 13 de septiembre en Benicássim (Castellón).

Ella ha prometido estar allí la primera esta noche, donde habrá música para todos los gustos en cada una de sus salas y en la codiciada terraza: «Desde más de verbena a electrónica pasando por música de los 80» para los más nostálgicos. Y así, hasta las siete de la mañana, pero «sin ningún problema», porque las quejas de los vecinos se terminaron «cuando el Ayuntamiento puso fin al botellón» que se formaba a las puertas de El Jardín.