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1. La plaza Mayor, abarrotada, para asistir al pregón. 2. Víctor, acompañado de los integrantes de los grupos folclóricos de Gijón, entonó varias canciones tras el pregón, incluido el 'Gijón del alma' y 'Asturias patria querida'. 3. Una trabajadora de Emulsa se fotografía con Alaska en el interior del salón de recepciones. 4. La alcaldesa, Carmem Moriyón, con Alaska. 5. El público llenaba la plaza antes del pregón
Alaska invoca a la fiesta

Alaska invoca a la fiesta

Olvido Gara dio inicio a la Semana Grande con un pregón en el que rememoró cómo conoció Gijón a través de su padre en México y su primera visita a la ciudad

M. F. ANTUÑA

Sábado, 9 de agosto 2014, 00:35

«Quiero que celebréis, que disfrutéis juntos de tener algo que celebrar». Olvido Gara invocó así a la fiesta ante una plaza Mayor abarrotada en la que la lluvia respetó solo a medias el comienzo de la Semana Grande. El bochorno amenazaba agua y al final incluso afloraron algunos paraguas cuando Víctor el de Cimadevilla se arrancaba con el 'Gijón del alma' con un coro colectivo.

Antes de que Víctor entonara igualmente el 'Asturias patria querida' y se marcara a guitarra un remix que animó al público, Alaska había salido al balcón del Ayuntamiento con la brevedad y los recuerdos de su infancia como compañía.

Olvido Gara, de padre gijonés, tomó la palabra después de que los grupos folclóricos de Gijón protagonizaran una impecable actuación previa preparada con mimo durante semanas. Ella, embutida en lentejuelas, medias de rejilla y elevada en unos peep toes de charol negro y taconazo, se arrancó confesando los nervios que le provocaba el envite de pregonera, una tarea que aceptó por su vinculación personal con la ciudad. «Hace meses recibí una invitación de Carmen y su equipo de gobierno. No suelo aceptar este tipo de propuestas, pero esta ocasión era excepcional». Una vez recogido el guante, quiso poner el punto de partida: «El recuerdo de mi padre y mi familia de Gijón».

Así fue. Su pregón viajó a su primer conocimiento de la ciudad, que se produjo muy lejos de España, en el Centro Asturiano de México, donde ella nació y vivió hasta que cumplió los diez años. «Yo conocí Gijón en México, escuchando a mi padre discutir sobre la jornada del Sporting», rememoró. Quiso también explicar que su padre, exiliado republicano, se unió en aquel lugar a otros emigrantes asturianos que habían viajado por otros motivos, la búsqueda de una vida mejor, al país azteca. Ella, hija de cubana, escuchaba aquellas palabras aún sin entender su significado.

En 1973, relató a los presentes, su padre decidió volver a España. Gijón fue su primer destino. «¿Qué hacía una niña de diez años en el Gijón de 1973?», interrogó en su discurso, y ofreció ella misma las respuestas. «Alquilamos un piso en avenida de Simancas, que ahora es Pablo Iglesias, y recuerdo que iba a la escalera 10 de la playa de San Lorenzo, a la calle Corrida, a la Feria de Muestras y que me ponía morada de bollos preñaos, también iba al paseo de Begoña, y en su kiosko descubrí los tebeos españoles».

Aquel primer verano en España conoció Alaska en Gijón «el concepto del veraneo», pero poco duró su estancia en la ciudad. Su padre añoraba una «tierrina que había cambiado» y «no nos quedamos a vivir aquí». Luego volvería en muchas más ocasiones, pero ya por motivos profesionales, para actuar en muy diferentes escenarios. «Hoy no sé qué preocupaciones hay en la ciudad, pero supongo que las de todos», y que, por lo tanto, no son tiempos fáciles. Pero no toca en esta Semana Grande recrearse en lo malo si no todo lo contrario. «No hay que olvidar que estamos en fiestas». Y que estas fiestas no son como aquellas que ella vivió en el Centro Asturiano de México en las que la añoranza lo llenaba todo. Por eso toca pasarlo bien, toca celebrar y disfrutar de tener algo que celebrar.

No se prolongó más Alaska en su soliloquio. Aludió al concierto posterior para un adiós rápido e irse corriendo a probar sonido a Poniente. Antes dio las gracias: «Quiero agradeceros cómo me habéis acogido de niña y de mayor», dijo, y recordó incluso su reciente visita a la cueva del Sidrón, en Piloña.

Resonaron los aplausos e ipso facto Víctor calentó el ambiente antes de que comenzará el XIV Festival de Gaitas Villa de Xixón, con la actuación de las bandas de Llangreu, Seronda de Xixón, Candás, Os Trasnos (Zamora) y Villa de Xixón. Antes de Alaska, fueron el Grupo de Coros y Danzas del Real Grupo de Cultura Covadonga, la Asociación de Folclore Azabache, Coros y Danzas Flor de Xaranzaina, Grupo Folclórico La Alegría de Porceyo, Grupo Folclórico Xiringüelu, Grupo Folclórico El Xolgoriu, Asociación de Coros y Danzas Jovellanos, Agrupación Folclórica Asturiana Los Xustos, Música y Baile Tradicional Excelsior y Asociación de Folclore Xaréu quienes subieron al escenario con Manuel Durán al tambor y Lorena Corripio derrochando voz.

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