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Óscar Cuervo
Miércoles, 6 de agosto 2014, 00:26
Cuatro veces campeón. Adrián Fernández, gerente de la tienda de café Pasión Espresso, situada en la gijonesa calle de Joaquín Fernández Acebal, representará por cuarta vez al Principado en el concurso nacional de baristas, que tendrá lugar en Barcelona el próximo mes de octubre. Se trata de toda una hazaña, sobre todo si se tiene en cuenta que Asturias sólo ha organizado en siete ocasiones este certamen previo al campeonato de España.
Fueron muchos los aspectos que se tuvieron en cuenta durante esta fase final, que tuvo lugar en el salón de actos del Palacio de Congresos de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (Fidma) y en la que se inscribieron 7 candidatos. Más allá del mero sabor de las propuestas presentadas, que quedaron repartidas en tres categorías -espresso, capuccino y combinados con y sin alcohol-, los miembros del jurado se fijaron también en el manejo que el barista tenía de la máquina de café y en el ruido que el vaporizador hacía cuando se calentaba la leche, entre otras cosas.
Así, cada concursante tenía 16 minutos para elaborar un total de diez cafés: cuatros combinados con y sin alcohol, dos capuccinos y otros cuatro espressos, que cataban dos miembros del jurado. En total, 70 cafés aspirantes a obtener el billete a la final de Barcelona.
Por categorías, Miguel Pérez se impuso en las de mejor capuccino y espresso, mientras Adrián Fernández hizo lo propio en la de combinados. Después, llegó la incertidumbre de cara a la clasificación general. El bronce fue para Julio Moreno, la plata para Miguel Pérez y el oro -además de un molino para moler el café- para Fernández, todo un estudioso del mundo del café. «La materia prima es lo más importante para disfrutar», resumió pocos minutos después de alzarse con el premio grande. «Hay que viajar mucho y probar muchas variedades para descubrir las cosas buenas», agregó, no sin dejar de puntualizar que «cada uno debe tomar el que más le gusta».
Competencia en Barcelona
De cara a la cita de octubre en Barcelona, Adrián Fernández dice que llegará «con muchas ganas». Eso sí, con cautela, porque, pese a que cada vez está más cerca del mejor nivel, reconoce que «existe una gran competencia». Lo que tiene claro es que el concurso nacional supone «una oportunidad para mejorar».
Fuera ya de concurso, Víctor Couto y Diego López ofrecieron una exhibición para aprender a realizar figuras decorativas con la leche. Ambos dieron una gran importancia a dos momentos distintos de la elaboración: el de prensar el café y el de calentar la leche. «En muchos sitios la echan quemada», lamentaron. Y eso, obviamente, lo nota el cliente en el sabor final. También insistieron en la crema que se forma una vez se vaporiza la leche, que no debe tener burbuja alguna. «Después, se echa sobre el café. Hay miles de dibujos posibles. Sólo depende del pulso, de los golpes de muñeca y de la jarra».
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