El primer acceso a la ZALIA obliga a expropiar 42 fincas a cambio de 9,8 millones

El Principado aprobó ayer la licitación de las obras para construir una carretera entre la ZALIA y la rotonda de la Peñona, en la AS-19 Gijón-Avilés. El contrato saldrá a concurso por un precio inicial de 26,7 millones y con un tiempo de ejecución de 30 meses. La Consejería de Fomento gestionará en los próximos meses la subasta; el objetivo es que las máquinas empiecen a trabajar en el último trimestre del año y lleguen a tiempo para agotar los 150.000 euros que les tienen reservados los presupuestos autonómicos de 2014.

El vial se hará en calzada simple, tiene 4,2 kilómetros y «además de facilitar la accesibilidad a la ZALIA, mejora la conectividad con Arcelor, los polígonos de Lloreda, Tremañes y Somonte», aseguró ayer Belén Fernández, consejera de Fomento. Según dijo, el tráfico estimado de la futura carretera está en los 4.800 vehículos diarios «una vez se desarrolle la primera fase del polígono», es decir, cuando se llenen de naves y trabajadores las actuales 107 hectáreas. El movimiento de coches y camiones «es razonable para el dimensionamiento de calzada única», defendió la titular de Fomento.

En las próximas semanas la Administración iniciará los trámites para expropiar los terrenos que exige la infraestructura, operación que el Club de Tiro Ensidesa teme que le afecte. En total serán incautadas 42 fincas que tienen 25 titulares identificados. Fomento estima que deberá desembolsar 9,8 millones en concepto de indemnizaciones. De esa suma dispone ya de crédito suficiente para adelantar en el presente ejercicio 500.000 euros en concepto de depósitos previos. De confirmarse la valoración inicial de los terrenos, la reparación media alcanzará los 233.330 euros por parcela.

En el anterior proceso de expropiaciones librado en la zona, la sociedad pública que promovió la ZALIA propuso una compensación de entre 2,99 y 5,98 euros por metro cuadrado a los propietarios del millón largo de metros cuadrados hoy urbanizado. Con el paso dado ayer el Consejo de Gobierno intenta de nuevo la contratación del que será el primer acceso a la ZALIA, y lo hace cuatro años después de adjudicar las obras que han permitido urbanizar el polígono de San Andrés de los Tacones. En este tiempo la Administración regional trató de lanzar la construcción de los accesos. Aquella operación se presentó a finales de 2010, y proponía la ejecución de tres conexiones, con tipología de autovía (dos carriles por calzada) y a sufragar mediante la fórmula de pago en diferido. En un inicio se planteó a los constructores que asumieran la tarea con un peaje en sombra, pero la crisis ya estaba recrudeciéndose y los empresarios recelaron de una modalidad que fiaba su retribución a la buena marcha del polígono.

Los tres accesos llegaron a licitarse. Dos de ellos quedaron bloqueados debido a los recursos judiciales que se cruzaron los aspirantes a hacerse con el contrato. La adjudicación del tercero se aprobó en Consejo de Gobierno pero ninguno de los contratistas propuestos logró presentar en el plazo requerido los avales bancarios que les exigía la consejería.

En septiembre de 2012 la titular del departamento retomó la iniciativa. Asumió que el formato anterior había fracasado y anunció que su departamento diseñaría los accesos, esta vez en calzada simple y con cargo al presupuesto autonómico.

22 meses de trabajo y retraso

Fomento ha tardado 22 meses en cubrir todos los trámites para transformar aquella decisión en un primer contrato de obras. La consejera llegó a asegurar que lanzaría los trabajos en 2013 pero las restricciones presupuestarias y la necesidad de socorrer con fondos públicos a la sociedad promotora del polígono obligó a posponer el objetivo.

Los números del diseño que ahora se ejecutará difieren del que se quiso hacer en 2010. El Estudio Informativo del acceso a La Peñona aprobado entonces y redactado por Sauga Ingeniería anunciaba una infraestructura en doble calzada, con terraplenes que ocupaban un millón de metros cúbicos y otro más en desmontes. El de ahora discurre por la misma zona, pero exigirá la mitad de desmontes y el 65% de los terraplenes antes pensados.

El vial actual es por tanto una obra de menor enjundia, sin embargo el coste de las expropiaciones es casi cuatro veces superior. El análisis de Sauga estimaba en 2,6 millones el dinero que exigía la enajenación de terrenos, frente a los 9,8 actuales. La suma se ha elevado no por un encarecimiento en el mercado del suelo, sino por el uso industrial de la mayoría de terrenos objeto de incautación.

Lo que permanece en ambos esquemas es que ambos son la primera pieza de un puzzle mayor. La conexión con La Peñona sólo tiene pleno sentido si se ejecuta el nuevo acceso para El Musel previsto por Jove. Esta segunda obra «es una responsabilidad del Estado, que tiene un proyecto elaborado y aprobado, y lo que cabe es que sin mayor dilación lo licite», exigió ayer la consejera. «Estamos hablando de un proyecto que el Estado comprometió en 2005 mediante un convenio y va siendo hora ya de que el Gobierno de España muestra voluntad política en la cuestión», apuntó.