Iván Villar
Sábado, 19 de julio 2014, 00:17
Más que una línea de asfalto rojo. La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, destacó ayer la puesta en servicio del carril bici del Muro como un ejemplo de lo que debe ser «la ciudad del futuro», desde el punto de vista de la movilidad. Lo hizo de palabra, poniendo en contraste la obra realizada con las propuestas que se habían planteado desde la oposición, que en su opinión «compartían un mismo prejuicio: la superioridad del coche sobre otras formas de desplazamiento». Y lo hizo también de acción, pedaleando junto a los concejales Fernando Couto y Rafael Felgueroso desde la plaza Mayor hasta el parque de Isabel la Católica.
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Lo de ayer, destacaba la regidora, no era una inauguración al uso, pues la vía ciclista lleva semanas a disposición de los ciudadanos, «que ya han ido cortando con sus bicicletas la cinta invisible». Pero con su paseo sobre dos ruedas, aunque no fuera el primero que dan por la red de carriles bici, los concejales del gobierno pretendían dar ejemplo, «sumándonos a esa corriente de gijoneses responsables que se mueven de la forma más racional para la vida colectiva e incorporándonos así a las prácticas de movilidad que en el futuro serán mayoritarias en Gijón». Y es que, según Moriyón, poco a poco la ciudad debe ir imitando modelos que ya están muy extendidos en otros países de Europa y, poco a poco, también en las grandes urbes españolas. «La bicicleta no es solo para Ámsterdam, Berlín o Vitoria. Va a ser también para Gijón», afirmó.
Un proyecto polémico
La alcaldesa recordó que el proyecto del carril bici del Muro no ha estado exento de críticas e, incluso, aseguró que «eran mucho más numerosos los detractores que los que estaban a favor». También aludió a «los pronósticos tremendistas» de la oposición, «que aseguraba que se iba a colapsar el tráfico». Sin embargo, añadió, «la práctica diaria ha demostrado lo contrario y la polémica se desvaneció en cuanto las bicicletas empezaron a circular por un espacio propio en paralelo a los coches y los peatones».
Según Moriyón, la obra ha puesto fin a «una situación francamente insatisfactoria» que los anteriores responsables municipales «no supieron resolver», en la que las bicicletas transitaban por el paseo junto a los viandantes, «sorteando a niños, personas mayores y personas con discapacidad, poniendo en riesgo su integridad y también la ajena». Cuestionó la «teoría de la convivencia que propagaba el PSOE, en la que unos debían moderar la velocidad y otros extremar la precaución», ya que entiende que «es una forma de lavarse las manos y de traspasar toda la responsabilidad a los ciudadanos». También rechazó la opción planteada por la oposición de que se pintara un espacio para bicicletas en el propio paseo. «La alternativa que elegimos responde a una filosofía opuesta, la de restringir un poco el espacio a los vehículos a motor, habilitando un carril para las bicicletas y manteniendo intacto el paseo para los peatones», explicó. A este respecto, criticó «que haya tanto político que presume de ecologista, pero siente temor a quitar un centímetro de asfalto a los coches, que es lo que hemos hecho».
Aludiendo tanto a sus competencias en materia de medio ambiente -que no ha delegado en ningún concejal- como a su condición de médica, Moriyón aseguró «estar muy preocupada por la calidad del aire, el exceso de ruido y las prácticas insanas de vida». Frente a ellas, defiende que «el Gijón del futuro no es el de los atascos de coches, los altos decibelios y la vida sedentaria, sino que pasa por aumentar los desplazamientos a pie y un creciente uso de la bicicleta». Por eso, destacó que «con carriles como el del Muro, los ciclistas pueden circular seguros, sin invadir el espacio de otros, sin verse acosados por los coches y haciendo ejercicio cardiosaludable. Así seremos una ciudad más barata, con menos consumo de combustibles fósiles, dispuesta a combatir el cambio climático y convencida de que existe una movilidad más sostenible que entre todos debemos afianzar».
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La alcaldesa recordó que en su Plan de Acción para la Energía Sostenible Gijón se ha comprometido a incrementar en 10 kilómetros la red de carriles ciclistas, que actualmente suma 66 kilómetros. 5,3 kilómetros ya están proyectados. Moriyón destacó que con cargo a los fondos europeos se invertirán 364.000 euros en la conexión de los tramos ya existentes, «que es una vieja demanda». También se dedicarán 70.000 euros a nuevos aparcamientos para bicicletas.
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