Ó. CUERVO
Viernes, 27 de junio 2014, 00:52
El mercado pirata de Begoña ya ha sido desmontado. Los puestos tenían hasta las 10 horas de hoy para subsanar las irregularidades detectadas. En caso positivo, el mercado seguiría hasta el domingo. Si los problemas proseguían, se procedería a su desmontaje definitivo, como así ha ocurrido.
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«Me van a devolver la cuota de inscripción, pero, ¿cómo amortizo yo ahora los gastos de transporte y alojamiento? Este mes, debido a la mala organización de esta feria, solo llegará a mi casa la mitad de un sueldo». Fue uno de los muchos comentarios lanzados ayer contra la empresa sevillana Heracles e Hispania, encargada de organizar ferias de artesanía como la que debería tener lugar hasta el domingo en el paseo de Begoña, el denominado Mercado Pirata, que fue ayer precintado por la Policía Local al excederse el número de participantes permitidos.
Según el Consistorio, el permiso establecía un límite de 60 puestos, que estarían ubicados en la zona del paseo comprendida entre la avenida de la Costa y la calle de Anselmo Cifuentes, algo que, según Maite Vilches, una de las responsables del mercado, no quedaba del todo claro en la documentación. «Hemos pagado pensando en el paseo de Begoña. No somos de aquí. Además, nadie nos acompañó para indicarnos dónde está la calle de Anselmo Cifuentes o que solo podíamos llegar hasta ella. Pensaba, insisto, que era todo el paseo. Ha sido un error», apuntó Vilches, quien criticó además la forma que tiene el Ayuntamiento de contar los puestos de venta participantes. «Es cierto que hay un número mayor de puestos, pero sin llegar al extremo que dicen. En algunos casos, cuentan dos veces, debido a su tamaño, un mismo puesto. Dicen que hay ciento y pico, pero en realidad hay setenta y tantos», subrayó la organizadora.
Pese a todo, desde la empresa Heracles e Hispania, responsable del ferial, aseguraron que las cuotas de inscripción a este mercado serían devueltas de forma íntegra a todos los artesanos, estuviesen o no dentro de los límites fijados por el Ayuntamiento. La respuesta de los diferentes comerciantes, lamentó Maite Vilches, no estuvo a la altura del gesto realizado por su socio, Pedro Fernández, y ella misma. «Me voy desengañada y decepcionada. Nos han tratado muy mal, nos han insultado», señaló.
Cuestionada por los gastos de alojamiento y desplazamiento a los que tuvieron que hacer frente los diferentes artesanos, Vilches aseguró comprender las quejas, pero también apuntó que todo aquel que quiso «estuvo vendiendo hasta que el mercado fue precintado». «Les devolveremos la cuota. Más no podemos hacer», agregó.
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El concejal de Relaciones Ciudadanas, Servicios de Proximidad y Deportes, Pedro Barbillo, responsable de mercados, se acercó a Begoña para comprobar qué estaba sucediendo y hablar con los afectados para explicarles la necesidad de cumplir con la normativa y los términos de la concesión. Según apuntó, en total se instalaron 118 puestos de venta, casi el doble de los permitidos (60). Este extremo fue rechazado por la organización de la feria, que sí admitió el exceso, aunque sin llegar a esa cifra.
Desde el Consistorio también lamentaron que la organización comenzase a instalar los puestos el pasado miércoles, cuando deberían haberlo hecho desde el lunes. Todo ello, sin control de la Policía Local, cuando es obligatorio contar con su visto bueno.
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