Liberan en Luarca a una tortuga boba

Cepesma, con la ayuda de la Cruz Roja del Mar, liberó ayer lunes por la tarde en alta mar a la tortuga boba (caretta caretta) rescatada la semana pasada en El Musel. El quelonio, el segundo que se localiza en aguas gijonesas en menos de un mes, quedó succionado en las tuberías de captación de aguas de la térmica de Aboño y posteriormente la recogieron en mal estado pescadores de caña en los muelles de Rendiello.

Fue trasladada al Parque de la Vida en Luarca para su recuperación, donde se pudo comprobar que por las marcas que tenía, con amputación de parte del caparazón, un tiburón intentó comerla tiempo atrás. Los cuidados en las instalaciones de Cepesma permitieron devolverla a su hábitat en tiempo récord.

No hubo sin embargo desenlace feliz con un delfín listado gravemente herido que también fue avistado en la mañana de hoy en los muelles de Rendiello del puerto gijonés. Los voluntarios de Cepesma no pudieron hacer nada por salvar su vida tras capturarlo.

Según explicó Luis Laria, presidente de la coordinadora, "su estado ya era agónico por lesiones en su organismo". "La presencia parasitaria indica que su natación era muy lenta y quizás durante mucho tiempo venía sufriendo problemas", añadió Laria, que también indicó que el cetáceo era un ejemplar de mucha edad, tenía una delgadez muy severa y accesos muy importantes en un costado.