German Flor.

"El proyecto de relleno de la playa por la obra portuaria es una gran mentira"

«Los 110.000 metros cúbicos de arena de la declaración de impacto ambiental están basados en giros y erosiones que no se han producido»

Marcos Moro

Domingo, 25 de mayo 2014, 20:18

Desde la década de los 80, a raíz del hundimiento del 'Castillo de Salas', el geólogo Germán Flor es uno de los máximos conocedores de la playa de San Lorenzo y también uno de los más firmes defensores de su fisonomía actual. Es miembro del Observatorio de la playa y autor del último diagnóstico sobre el comportamiento del principal arenal gijonés, que concluye que no ha habido variación de arena por la ampliación de El Musel por su 'efecto abrigo'.

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-Han pasado tres años y medio desde la conclusión de las obras portuarias y sigue vivo el debate ciudadano sobre la necesidad o no de realizar vertidos de arena a la playa de San Lorenzo.

-El proyecto de relleno de la playa es una gran mentira. El estudio incluido en la declaración de impacto ambiental está basado en unos giros del perfil teórico de la playa y unas erosiones que a día de hoy no se han producido. De acuerdo con los cálculos en las condiciones más negativas, tomando como referencia los datos recogidos en los boletines oficiales del Estado y los informes de la Autoridad Portuaria, estaríamos hablando de un retroceso de la playa de 13 metros en la zona Este (la del Piles), calculado sobre 450 metros hacia el Oeste (donde se concentra la mayor cantidad de playa seca) y con un metro de espesor de pérdida de arena. Y con esa premisas, que insisto que no se han dado, salen 30.000 metros cúbicos que están en desacuerdo con los 110.000 de relleno que plantea el proyecto de regeneración.

-Entonces, ¿nos han estado engañando?

-Sí, entre todos. La ampliación de El Musel en general ha sido un despropósito y eso creo que está en la mente de la mayor parte de los ciudadanos.

-¿Lo dice al margen del reciente informe de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF)?

-Sí, porque es una obra monstruosa donde lo que se ha pretendido es crear un espacio industrial, que difiere mucho de lo que tienen que ser los usos de un puerto. Con la ampliación se ha ganado un polígono que además está infrautilizado.

-¿Y por qué desde Costas se insiste en la necesidad de los aportes de arena si los estudios que lo avalan, según usted, están falseados?

-Esto viene porque cada uno tenemos una concepción distinta de lo que debe ser una playa ciudadana. ¿Qué se pretende? ¿Conservar lo que hay y arreglar lo que se va estropeando con la erosión futura por la subida del nivel del mar? O, por el contrario, lo que queremos es rellenar la playa para que haya más usuarios como se hizo con los arenales de El Arbeyal y El Gayo de Luanco. Parece que para defender el segundo modelo, que algunos poderes vienen planteando desde los años 80 en Gijón, se justificó esta serie de proyectos que no son realistas y que buscan en cierto modo la compensación a la ciudadanía por una obra de la envergadura de la de El Musel.

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-¿Cuál es en este momento la foto fija del perfil de la playa?

-De equilibrio, aunque en una playa con tan poca zona seca los cambios son más acusados en el registro histórico. Según la Demarcación de Costas, que interpreta los últimos perfiles realizados, parece que ahora está en los niveles de arena de 2012. Lo del año pasado fue algo excepcional porque vino un temporal fuerte en primavera que afectó de forma devastadora a la playa. Sin embargo, este año ha habido un temporal infinitamente mayor en toda la costa de Galicia y del Cantábrico, y San Lorenzo sólo ha sufrido destrozos en la obra civil. Esto demuestra lo variables que son las playas y que no todas responden de la misma manera a un temporal.

-¿Con tanta variabilidad es posible volver a aquellos veranos de los años 60 y 70 con la playa plagada de casetas de baño?

-Estadísticamente es posible que haya más playa seca durante unos años hasta que se empiecen a notar los cambios por el ascenso del nivel del mar. El problema de las casetas es otro distinto y guarda relación con que hay usuarios que prefieren que haya más playa libre para mayor número de personas y otros que prefieren que se conserve el tipismo de las casetas.

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-¿Qué postura tiene usted?

-La particular me la guardo. Ahí los geólogos no entramos. Bastante tenemos con estudiar la problemática de la playa, que es muy complicada. El otro día, en la reunión del Observatorio, no obstante, se habló de que hay muchas casetas que están muy estropeadas, remendadas y que han perdido el colorido. La alcaldesa trasladó que este verano iba a respetar el número de casetas que permite instalar Costas (140) y que en septiembre u octubre nos volveremos a reunir para buscar soluciones más a largo plazo sobre este asunto y el de la playa seca.

-En su opinión, ¿cuáles son en este momento las urgencias de la playa?

-El problema más acuciante es rellenar de arena la zona del Tostaderu con la tira de unos 5.000 metros cúbicos que hay almacenados en la margen izquierda del Piles. Es arena muy limpia y en uno o dos días de trabajo, aprovechando las bajamares, eso quedaría solucionado. Sólo serían necesarios una serie de catas para ver hasta dónde llega la arena limpia y no harían falta estudios granulométricos, mineralógicos ni de calidad química del sedimento.

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-¿Y a más largo plazo?

-Convendría tener hechos los estudios previos para cartografiar zonas de yacimientos de arena que sean adecuados con el tamaño de 0,25 a 0,26 milímetros de grano para saber dónde extraer cuando lleguen las verdaderas vacas flacas por efecto del ascenso del nivel del mar. Hay que buscar con seriedad y con argumentos. Durante las obras portuarias se hicieron las cosas mal con la captación de arena para el relleno de la explanada de El Musel. Succionaron primero las arenas finas y las fueron incorporando a la explanada. Por eso al final quedaron sólo las arenas gruesas que no servían de reserva para regenerar la playa.

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