Óscar Cuervo
Martes, 20 de mayo 2014, 12:20
Trabajar de cara al público conlleva, en muchas ocasiones, sonrisas y lamentos. Así lo explica José Luis Vázquez, jefe del servicio de Higiene Urbana, quien enumera una larga serie de anécdotas, unas divertidas y otras no tanto, acontecidas en los últimos tiempos a los empleados de Emulsa. «No nos podemos esconder, siempre se dirigen a nosotros», apunta, antes de recordar las viandas recibidas por un operario en Contrueces. «Le dieron chorizos, una docena de pasteles... Todo, por el trabajo bien hecho», comenta entre risas.
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Su labor ha sido reconocida hasta por empresas de titularidad privada. «Nos han ofrecido subcontratas a nosotros. Debe ser el primer caso en que se contrate algo público», señala. Además «muchos trabajadores reciben tarjetas y ofertas de empleo para que se vayan a otros lugares».
José Luis Vázquez reconoce que también reciben quejas, aunque algunas puedan derivarse de una concepción errónea de los trabajos a los que debe hacer frente Emulsa. «Una vez, un trabajador se fue de vacaciones. Entonces, empezamos a recibir quejas del sustituto. Íbamos por allí a comprobar cómo se había hecho el trabajo y lo veíamos todo bien, hasta que, hablando con el empleado que se fue de vacaciones, nos dijo que bastaría con dar un golpe con la escoba cuando se terminase. Como no veían a nuestros trabajador, pensaban que no se limpiaba, por eso querían, al menos, escucharlo en la calle», relata.
«No damos bolsas»
Otras anécdotas tienen que ver con la falta de regado por manguera en algunas aceras, «pese a que, eso nos dicen, enfrente sí se hace. Los ciudadanos deben saber que no todas las aceras tienen una toma de agua y que los operarios, por motivos de seguridad vial y laboral, no pueden cruzar la carretera con ella», explica José Luis, quien también aclara que Emulsa no tiene por qué repartir bolsas para recoger excrementos de perro. «Formó parte de una campaña, nada más. Muchos tienen una idea equivocada, no damos bolsas», insiste.
En total, los ciudadanos tramitaron el año pasado ante Emulsa más de 1.300 sugerencias, quejas -entre ellas, las relacionadas con la velocidad a la que circulan las máquinas baldeadoras- y preguntas sobre la limpieza de zonas como Portuarios, Pescadores, Jove y el parque del Lauredal, espacios para los que los vecinos piden actuaciones diarias. «Entendemos que con tres días se mantienen», anota José Luis Vázquez.
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El resto tiene que ver con trabajos de limpieza imprevistos, como los que fue necesario llevar a cabo por la caída a la vía pública de un bote de pintura blanca desde un edificio de Eleuterio Quintanilla o el vuelco de un vehículo tras saltarse un ceda el paso junto a los juzgados. Tareas para las que, concluye José Luis, están «más que preparados».
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