José Granados Rodríguez
Lunes, 29 de junio 2009, 04:20
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El motivo de la presente carta es poner de manifiesto mi preocupación ante el abandono y el desprecio más absoluto que sufre el Parque Fluvial del Piles y sus usuarios. Les pongo en antecedentes.
La obra del Parque Fluvial del río Piles desde La Guía hasta La Camocha, cuya financiación corresponde en un 70% a la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN) y en un 30% al Ayuntamiento de Gijón, se adjudica en 2005 a la empresa Vias y Construcciones, S. A., en 6,9 millones de euros, aunque, por diversas causas, sufre un importante sobrecoste.
Durante el desarrollo de la obra, la primera fecha de inauguración prevista es agosto de 2007. Nunca se hizo inauguración oficial, aunque sí una conveniente 'puesta en servicio', casualmente en febrero de 2008 (tres semanas antes de las elecciones municipales del 9 de marzo).
Al margen de intereses políticos, lo que realmente importa al ciudadano es el disfrute de este bien, que resulta limitado por diversos motivos: En la planificación previa, el parque tiene algunos aspectos de uso diario manifiestamente mejorables, como es que los viales tuvieran, al menos, el doble de ancho, pues, aunque las zonas verdes extensas son necesarias, creo que es más importante que la zona por la que se plantea que discurran, tanto paseantes, como ciclistas, sea suficientemente ancha como para que no se estorben. Sobre todo dándose la circunstancia de que se disponía de mucho espacio, tampoco hubiera estado mal que se contemplaran más juegos infantiles, pues los niños son unos de los principales usuarios del parque.
En el aspecto técnico, existen varios puntos claramente mal ejecutados: El pavimento de los viales a base de varias capas de guijo compactado se deshace cuando llueve y se forman regueros y charcos que obstaculizan el paso.
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El estanque de la explanada presenta varios desconchados en su revestimiento de granito. Tiene, a lo largo de su perímetro, muchas fugas con pérdidas de agua constantes. Cuando llueve, el agua se estanca en numerosos puntos del parque, en algunos de ellos, impidiendo el paso a los viandantes (sorprende la falta de previsión en algo tan básico como es darle caída al terreno para que 'desagüe' correctamente).
El aspecto del mantenimiento es el más importante, pues afecta directamente a su actual uso y disfrute. El mantenimiento de jardinería tardó varios meses en ponerse al día, cuando ya todo el parque parecía una selva y no se distinguían los setos y las plantas singulares de las malas hierbas, aunque debo decir que parece que el Ayuntamiento de Gijón se ha hecho cargo del tema y siega regularmente los 'praos' de la zona de Viesques.
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Otra cosa es el mantenimiento de las sendas que se encuentran, en muchos tramos, completamente invadidas por maleza, de tal manera que en muchas zonas el paseante o el ciclista dispone de un ancho de, escasamente, un metro para pasar. Los estanques no están en funcionamiento, acumulan agua de lluvia que no se recicla, ni se depura, con el inconveniente de los malos olores y los bichos que ello ocasiona.
La senda de viruta de madera, destinada a corredores, se ve truncada frente a la calle de Colunga por un argayo que se llevó el talud al río hace varios meses y que se limitaron a señalar con unos palos y cinta. En el acceso de la calle de Caravia existe un charco permanente en el vial, incluso en verano, que se origina con un pequeño manantial constante.
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Paradójicamente, el 90% de las fuentes no están en servicio y las que lo están pierden agua. Llama la atención el tema de las papeleras porque en un tramo de varios kilómetros se pueden contar dos papeleras. Finalmente, lo más llamativo de todo el mantenimiento es la iluminación, que es sencillamente inexistente.
Es inadmisible que un equipamiento público destinado al ocio y al deporte no disponga de iluminación y que, a partir del atardecer, sencillamente no se vea ni para caminar, que la oscuridad se apodere de toda la zona cuando todavía la gente está paseando y los niños aún están en los columpios.
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Existe una versión que he podido escuchar sobre que el Ayuntamiento de Gijón no recepciona la obra a CHN porque las farolas no cumplen con la normativa actual de instalación eléctrica. Esta teoría me resulta difícil de entender porque, obviamente, CHN, a su vez, no habría recepcionado la obra a la empresa constructora (hasta que solucionara el problema). Sin embargo, yo me inclino más porque al Ayuntamiento de Gijón «le viene grande» económicamente hacerse cargo del Parque Fluvial, pues esto supone disponer de unos presupuestos en materia de jardinería, alumbrado público, Policía Local, etcétera, con los que no contaban.
En definitiva, me gustaría que alguien me contestara sobre cuál es el problema con el Parque Fluvial del Piles, sobre cuándo podremos disfrutar del impresionante parque que nos vendió el Ayuntamiento de Gijón en la FIDMA'07 y del que, dos años depues, no se sabe nada.
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Me gustaría que, sea de quien sea el problema, del Ayuntamiento de Gijón o de la Confederación Hidrográfica del Norte, se pongan de acuerdo por el bien del ciudadano, que es lo que debería prevalecer
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