Los secretos del Meiro

El río Meiro, parte de la localidad de Penouta, en el municipio de Boal, vertebra por el término municipal de El Franco y discurre, en su mayoría, por el concejo coañés. Es el mayor afluente del Navia y «es característico por la cantidad de meandros que posee: esconde grandes manifestaciones de las tecnologías rurales, arquitecturas muy necesarias para la vida de hoy en día». Con estas palabras, Juan Méjica, coautor, junto con el geógrafo Benjamín Méndez, del libro 'Ingenios Hidráulicos de la Cuenca del Meiro. Un viaje iniciático por el Río de los Meandros', presentó la obra a los vecinos de Coaña.

«Reconoce el esfuerzo de nuestros antepasados y son los elementos esenciales de la tecnología rural», resaltó Méjica. Porque el libro es la historia de un viaje de tres días, lo que duró el trabajo de campo, a lo largo del Meiro, donde se trató de catalogar y estudiar los 40 molinos, «aunque hay 150 en el catastro», los que hay en sus márgenes, algunos de ellos en muy mal estado de conservación, ya que «sólo diez son de fácil acceso. Al resto es complicado de llegar, ya que se encuentran en los fondos de los valles», explicó el autor.

Asimismo, la publicación recoge los vestigios de la historia de los antepasados coañeses, «su forma de vida». Es decir, antiguos caminos medievales, semejantes a las calzadas romanas, que comunicaban por el interior de las montañas los pueblos y aldeas y que «unían Boal y Coaña por la sierra», además de restos de las antiguas colmenas de madera y viejos puentes colgantes. «Incluso aún hay marcas por los caminos de cuando las ruedas de los carros tirados por animales eran de hierro», destacó el geógrafo.

Todo ello, está ilustrado por el fotógrafo Ignacio Martínez, quien resaltó especialmente en sus imágenes, además de las características y el paisaje por el que discurre el Meiro, que el río, «por la falta de uso, ha vuelto a sus orígenes. Posee gran vegetación en su fondo, lo que en estos tiempos es muy significativo», apuntó Benjamín Méndez.