![La doble crisis del centollo](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/pre2017/multimedia/gijon/prensa/noticias/200901/29/fotos/1153523.jpg)
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N. PRIETO
Jueves, 29 de enero 2009, 04:49
Incluso para quienes están dispuestos a pagar en torno a 35 euros por kilo, conseguir centollo del Cantábrico no es fácil desde que el 15 de diciembre se levantó la veda de la citada especie en Asturias. El mal estado de la mar y la escasez de capturas se unen a las dificultades coyunturales del mercado en lo que se puede calificar como la doble crisis del centollo del Cantábrico.
Los pescadores están alarmados porque en los pocos días que pudieron salir a la mar se encontraron los aparejos vacíos o semivacíos. El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Gijón, Florentino Sánchez, asegura que la escasez no se ve compensada con una subida del precio, entre otras cosas porque la imposibilidad de garantizar abastecimiento no favorece la posición de la oferta frente a la demanda.
Las capturas han caído drásticamente y el centollo del Cantábrico es 'rara avis' tanto en restaurantes como en las pescaderías. Florentino Sánchez explicó a EL COMERCIO que el mal estado de la mar mantuvo este mes la flota amarrada la mayor parte de los días, pero, además, hace que los barcos no puedan probar nuevos caladeros en los que obtener más suerte. A su juicio, la fuerte mar de fondo hace que los centollos cambien su emplazamiento y buscarlos no es fácil en las actuales condiciones de la mar.
En el caso de las flotas de Gijón, Candás y Luanco, para las que la escasez de capturas respecto a otros años es común, hay que añadir que las obras de El Musel ocupan algunos de los caladeros tradicionales de los mariscadores, de forma que los vertidos constituyen un cambio desgraciado.
El caso es que en otras latitudes próximas las cosas no están mucho mejor. José Pereira, responsable del puesto de venta de marisco Marinamar, ubicado en el gijonés Mercado del Sur, tiene que acudir a O Grove para conseguir centollos para sus clientes. El centollo gallego, sea cantábrico o atlántico, es perfectamente equiparable al asturiano y no hay que olvidar que, salvo en lo que se refiere a aguas interiores (las comprendidas entre la costa y líneas imaginarias trazadas entre cabos) el caladero Cantábrico y Noroeste es, a todos los efectos, el mismo para gallegos, asturianos, cántabros y vascos.
Pereira trabaja con las principales lonjas marisqueras asturianas y dijo que, estos días, la oferta es muy baja en Gijón, Avilés, Luanco o Puerto de Vega, y ligeramente superior en Luarca. Las circunstancias de la mar puede hacer que sea en las rías gallegas donde la normalidad sea mayor, pero Pereira no sólo achaca al mal estado de la mar la escasez de capturas del centollo del Cantábrico. Por una parte, dijo, el pasado año fue muy bueno para el pulpo, que es el mayor depredador de los centollos en las primeras fases de su vida y, por otro, la sobreexplotación también se nota.
Piensa el dueño de Marinamar que en Galicia hay más cuidado para no capturar hembras ovadas y no porque los mariscadores gallegos sean mucho más responsables que los asturianos, sino porque a los infractores de la norma que obliga a devolver a la mar dichos ejemplares, «les dan madera», sean pescadores o comercializadores.
Crisis
Si las circunstancias naturales provocan una crisis del centollo del Cantábrico, la economía, la de todos, da otra vuelta de tuerca al problema. Sánchez y Pereira coinciden en señalar que la escasez de capturas no ha provocado elevación de los precios.
El comercializador indicó que el centollo garantizado llegó a pagarse en las navidades de 2007 a 50 euros el kilo, y que el precio en rula en los últimos días del pasado año rondó los 30 euros, más o menos lo mismo que ahora, por efecto de la crisis.
Señaló también que es mayor la demanda del público en las pescaderías que en los restaurantes, lo que da idea de que se come en casa para evitar el margen hostelero, y que los pescaderos tienen que moderar también sus porcentajes, so pena de quedarse con la mercancía sin vender. El precio al público ronda los 36 euros en pescadería. Con las cosas así, todo hace pensar que, aunque el estado de la mar cambie y las capturas aumenten, el presente año no va a ser bueno para el centollo del Cantábrico o, mejor dicho, para los mariscadores, porque el precio bajará.Quienes puedan pagarlo se encontrarán así una buena oportunidad de degustar uno de los crustáceos más populares.
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