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JULIO VIVAS
Sábado, 12 de julio 2008, 14:36
El urogallo de Tarna -el mismo ejemplar que convivía pacíficamente con los vecinos de la zona- apareció muerto ayer por la tarde en el pueblo casín. El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil y la guardería de Medio Natural adscrita al parque natural de Redes fueron los encargados de recoger el cadáver y examinaron el lugar donde apareció muerto el animal para recopilar toda la información posible con el objetivo de intentar determinar las circunstancias de su fallecimiento, según informó el Gobierno regional. El ejemplar será trasladado hoy al laboratorio gijonés de Jove para practicarle una necropsia con el fin de esclarecer las causas de su muerte.
Tanto la Guardia Civil como el Centro de Recepción de Visitantes e Interpretación de la Naturaleza del Parque Natural de Redes recibieron un aviso sobre las 18.25 horas en el que se informaba de que se había encontrado muerto un urogallo en las calles del pueblo de Tarna. Tras la llamada, se movilizó a los miembros de la patrulla del Seprona de Langreo y a los de la guardería de Medio Natural del Parque de Redes, quienes acudieron al lugar y recogieron el cadáver, al que realizaron además un análisis visual.
El ejemplar era conocido por tener un comportamiento anómalo, caracterizado por su costumbre de bajar a los pueblos. De este modo, en el último año y medio había aparecido en siete pueblos distintos del concejo de Caso. Los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente lo habían capturado en diez ocasiones para intentar su reintroducción en el medio natural.
Dispositivo de control
En las últimas semanas, el animal había reaparecido de nuevo en Tarna, como durante varios días del invierno de 2007 o de la primavera pasada, pero en esta ocasión ya no presentaba un comportamiento de permanencia continua. Aún así, la consejería tenía activado un dispositivo de seguimiento para controlarlo. Ayer por la mañana, los guardas comprobaron que no se encontraba en el pueblo. Por la tarde, fue encontrado muerto por uno de los residentes habituales.
El caso era especialmente singular, ya que los vecinos lo consideraban como uno más del pueblo, debido a que paseaba cerca de las personas sin mostrar el más mínimo temor. Parecía como si hubiese sido criado cerca de viviendas, ya que era la única explicación para que se acercase al pueblo con tanta asiduidad.
La Consejería de Medio Ambiente había llegado a estudiar la posibilidad de trasladarlo al futuro centro de cría de Sobrescobio, dada su inadaptación al medio natural. La Dirección General de Biodiversidad había afirmado que, aunque no era la mejor opción, ya que sería condenarlo a la cautividad, no podía descartarse. El Principado ultima la apertura de esas instalaciones.
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