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DANIEL FERNÁNDEZ
Miércoles, 18 de junio 2008, 04:34
«Estamos viviendo un auténtico calvario. No podemos más». Así resume Francisco Cadenas la situación en la que se encuentran los ganaderos de Cangas del Narcea que tienen sus vacas y caballos pastando en los montes de Llamera y que ven «como día tras día» sus rebaños se cobran bajas. El motivo, los ataques de los animales salvajes, en especial los lobos y los osos.
Cadenas es el último ganadero afectado por el problema. Anteayer, denunció ante los servicios de Medio Ambiente la muerte de una ternera de raza Asturiana de los Valles, cuyo cadáver había encontrado en la zona de Monte del Sil con signos de haber sido devorada por lobos. Este mismo ganadero también ha sufrido la pérdida de otra res de las mismas características. En este caso, y como el cuerpo no ha aparecido, sospecha que el autor ha sido un oso y que ha enterrado los restos, un comportamiento habitual en los plantígrados.
Pero Cadenas no es el único afectado. Hace un par de semanas, un ganadero de Villaoril de Bimeda perdió una vaca de la misma raza por los ataques de los osos. Sin embargo, vio como la solicitud de indemnización le fue denegada por Medio Ambiente pese a que en el lugar de los hechos se hallaron signos evidentes de la presencia del plantígrado, como sus excrementos. En los últimos días, otro ganadero, esta vez de equino, perdió uno de sus potros en circunstancias parecidas.
Este aumento de los ataques de los lobos y osos a la cabaña ganadera canguesa está generando gran malestar entre el sector. Por este motivo, el responsable de Coag en Asturias, Óscar Sirgo, reclamó ayer a la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural que ponga en marcha de forma urgente medidas de control de las poblaciones de estas especies en la zona. Unas medidas que, entre otras acciones, pasan por batidas.
600 euros
Sirgo advierte que cada una de las reses que son muertas tienen un valor en el mercado de 600 euros. A esta pérdida se suman los gastos derivados por la atención sanitaria a las madres de la ternera, que sufren mamitis al no tener crías con las que alimentar. «La producción ha quedado reducida a números negativos por los elevados costes que el ganadero tendrá que asumir», lamenta el responsable de Coag.
Por todo ello, advierte al Principado de que si las exigencias de los ganaderos cangueses y de su sindicato no son atendidas, convocarán movilizaciones.
Sirgo considera que el aumento de los ataques se deben a dos factores. Por un lado, por la falta de carroña con la que se alimentan los lobos y osos, ya que desde que entró la normativa aprobada tras la crisis de las vacas locas los ganaderos no pueden abandonar cadáveres. Por otro, por las «fuertes medidas proteccionistas del Principado».
Por ello, reiteró Sirgo, «exigimos un control riguroso de las poblaciones de estas especies y una gestión rápida de las indemnizaciones».
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