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PANORÁMICA. Aspecto que ofrecía el HUCA en una imagen aérea tomada el pasado mes de marzo. En primer término aparecen los cuatro 'dedos' del edificio ambulatorio. Detrás de éste, la zona de servicios generales donde estarán los quirófanos y, a la derecha, el edificio de hospitalización de nueve plantas. / GISPASA
El HUCA rellena su esqueleto
Asturias

El HUCA rellena su esqueleto

La Cadellada ya tiene concluida el 98% de su estructura. En pleno cruce de acusaciones sobre retrasos y sobrecostes, EL COMERCIO visita la obra y confirma que, aunque lento, el hospital avanza

LAURA FONSECA

Domingo, 27 de abril 2008, 12:58

El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) que se construye en Oviedo ya tiene concluida el 98% de su estructura. Sus principales edificios, el de hospitalización (de nueve plantas de altura y casi trescientos metros de longitud), el ambulatorio (el que simula cuatro dedos de una mano) y el de servicios generales (donde estarán los 36 quirófanos) ya muestran al completo el que será su esqueleto definitivo. En la parcela de La Cadellada sólo quedan por arrancar los trabajos de construcción de uno de los tres aparcamientos, además del helipuerto situado junto al área de urgencias y también el edificio del Instituto de Silicosis. El resto de construcciones ya están en marcha o concluidas.

En pleno cruce de acusaciones entre el PP y el Gobierno regional acerca del sobrecoste que se negocia para el HUCA y de supuestos retrasos en los plazos de ejecución del proyecto que debería estar finalizado en diciembre de 2009, EL COMERCIO realizó una nueva visita a la obra y comprobó que el futuro complejo hospitalario avanza, aunque a un ritmo algo más lento al deseado.

El pasado jueves poco más de 200 operarios y 40 empresas se distribuían en diferentes tajos a lo largo y ancho de La Cadellada. «Desde fuera puede dar la sensación de poco actividad, pero es que estamos trabajando en el interior de los edificios», explica Jesús Menéndez, arquitecto de la Consejería de Salud. Actualmente, se están instalando suelos y cubiertas, así como el ensamblaje para colocar la fachada de cristal.

Baldosas en seis plantas

Gispasa, empresa del Principado encargada de velar por la obra y que en estos momentos negocia un sobrecoste de 45 millones de euros con las concesionarias, ya ha encargado buena parte del material necesario para vestir el HUCA por dentro y por fuera. En una obra como la de La Cadellada el volumen de baldosas, cubiertas o ventanales que se requieren es ciertamente escalofriante. Por ejemplo, para cubrir los suelos de todo el hospital serán necesarios 120.000 metros cuadrados de terrazo, el equivalente a «doce campos de fútbol», aclara el arquitecto.

Parte de este material, encargado hace varios meses atrás, ya está siendo instalado. En el bloque de hospitalización, el de mayor dimensión del complejo, ya se pueden ver baldosas en seis de sus nueve plantas.

Un paseo por las tripas del futuro Hospital Central nos deja entrever cómo se construye el que será el servicio de rehabilitación, con sus respectivas piscinas, o cómo va cobrando forma la zona de docencia, con sus aularios y seminarios, que estarán coronados por una bóveda acristalada.

Varios de los techos del HUCA también han sido terminados. En otros se están llevando a cabo las pruebas de impermeabilidad, paso previo para cubrirlos luego con una capa de grava, que en el caso del edificio de servicios generales será de color rojo. El resto de las cubiertas serán en tonos grises y blancos. Jesús Menéndez, que hizo de anfitrión en la visita a la obra, asegura que los trabajos «avanzan a un ritmo normal». Reconoce que habían sufrido «un leve retraso, pero en las últimas semanas nos hemos recuperado».

Novedades sobre planos

Sobre los cambios introducidos en el proyecto original del HUCA, y que son motivo precisamente del sobrecoste que desde noviembre pasado Gispasa negocia con la UTE, el arquitecto fue claro: «Lo que no podíamos hacer era que el nuevo hospital se quedara viejo antes de ser inaugurado». Menéndez está convencido, «por eso lo hemos hecho», de que «las modificaciones darán como resultado un mejor hospital».

Muchos de estos cambios, que obligaron a trazar 1.500 nuevos planos, son meramente técnicos. Este es el caso de las modificaciones en la construcción del helipuerto o en la fachada. Otros, sin embargo, buscan lograr un hospital «más cómodo y funcional». Así, por ejemplo, se ha cambiado la entrada principal para situarla en el centro del edificio de hospitalización. «Eso nos permite distribuir de forma más racional los flujos de público». El anterior acceso, que igualmente se mantiene, estaba ubicado en un extremo del hospital, lo que hubiera obligado a muchos usuarios a «tener que caminar más de 200 metros para acudir a su consulta», razona Jesús Menéndez. Algo similar ocurrió con las cocinas, que inicialmente estaban ubicadas en una zona muy alejada del área de hospitalización.

Aunque parezcan muchos, «este tipo de modificaciones, en un proyecto como el del HUCA, son normales», insiste. «Es mejor que nos critiquen ahora, aunque en mi modesta opinión creo que no tienen razón, a tener que ponernos rojos después, una vez inaugurado». El plan funcional, recuerda, se elaboró en el año 2000: «Desde entonces muchas cosas han cambiado».

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