1-11-1977. Don Felipe saluda desde un coche descubierto, flanqueado por sus hermanas, en Covadonga, el día de su investidura como Príncipe de Asturias. / E. C.
Politica

El Príncipe más ligado a Asturias

Desde su investidura en 1977 hasta el nombramiento de su esposa como Hija Adoptiva de Ribadesella el mes pasado, Don Felipe lleva 30 años de visitas continuas al Principado

J. R. ENGUITA

Domingo, 27 de enero 2008, 11:37

Don Felipe de Borbón ha sido, de todos los príncipes de Asturias, el más vinculado a la región que desde el siglo XIV da nombre al título del Heredero de la Corona española. La creación de la Fundación Príncipe de Asturias y de los premios que ésta entrega ha sido, probablemente, la principal causa de esta especial relación, ya que ha traído a la región al único hijo varón del Rey Juan Carlos anualmente desde 1981 (con la única excepción de 1984, año en que se lo imposibilitó el estar cursando estudios en el extranjero). Posteriormente, al casarse con una asturiana, los lazos de Don Felipe se estrecharon aún más, ya que a sus habituales actos oficiales unió un buen número de visitas privadas junto a la Princesa Letizia para ver a la familia de ésta.

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Pero la trayectoria asturiana del Heredero se remonta ya a 1977, cuando aún no había cumplido diez años de edad. El 1 de noviembre de ese año fue investido Príncipe de Asturias en un solemne acto que tuvo lugar en Covadonga. Desde entonces y hasta su asistencia al acto de proclamación de su esposa como Hija Adoptiva de Ribadesella, el pasado 5 de diciembre, han sido treinta años de continuas visitas al Principado, que ha sido escenario de algunos de los momentos más importantes en la actividad pública de Don Felipe.

«La biografía de esta región es también la biografía de España, porque aquí los españoles empezamos a sentirnos unidos y comunes, está llena de cicatrices y de generosidad». Así se expresaba Don Juan Carlos, dirigiéndose a su hijo, en aquel acto de Covadonga en el que se le impuso oficialmente el título histórico que ostentan los herederos de la Corona española. El Real Sitio volvería a recibir oficialmente a Don Felipe, que acompañaba a sus padres, el 24 de septiembre de 1980, pero el acto más importante de esa fecha tuvo lugar en Oviedo, donde se constituyó la fundación que iba a otorgar los premios que le darían al nombre de Asturias alcance universal.

Primer discurso

Un año después, el 3 de octubre de 1981, se celebra en el teatro Campoamor de Oviedo la primera ceremonia de entrega de esos galardones y en ella tiene lugar otro hito en la vida del Príncipe: su primer discurso oficial. «He querido que las primeras palabras en público que pronuncio en mi vida tengan precisamente como marco este Principado de Asturias, cuyo título con tanto honor ostento. Unas palabras para expresar la satisfacción que siento por encontrarme de nuevo en esta tierra a la que estoy estrechamente vinculado, y presidiendo, también por vez primera, al obedecer la indicación de mi padre, un acto tan significativo como el que estamos celebrando», decía entonces en presencia de los Reyes.

A aquella alocución pronunciada con sólo 13 años de edad la siguieron muchas otras, más extensas y algunas de gran calado. Además, a partir de 1990, al acto oficial del Campoamor le seguirá otra visita en Asturias, a la localidad que cada año es galardonada con el Premio al Pueblo Ejemplar, una distinción que ha permitido al Príncipe recorrer la región de Occidente a Oriente y de Norte a Sur, desde San Esteban de Cuñaba, premiada en 1990, hasta Moreda de Aller, el pasado octubre.

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Además de la presencia anual con motivo de los Premios Príncipe, Don Felipe cursó numerosas visitas oficiales más a la región a lo largo de estos años. Entre ellas, la realizada en octubre de 1991 a la sede del Real Instituto de Estudios Asturianos con motivo de la asunción de la presidencia de honor de la entidad; la celebración del centenario de la basílica de Covadonga, en septiembre de 2001; o la entrega de las certificaciones de la Unesco a las reservas de la biosfera de Muniellos, Somiedo y Redes, en junio de 2002, además de otras muchas actividades públicas, como visitas a empresas, actos culturales o asistencia a eventos deportivos como el rally que lleva su título por nombre.

A partir de noviembre de 2003, cuando se formalizó su compromiso con la periodista ovetense Letizia Ortiz Rocasolano, se multiplicó la presencia del Príncipe en Asturias y se añadió un nuevo foco de la misma: la pequeña localidad riosellana de Sardéu, residencia de los abuelos de la hoy Princesa Letizia, Menchu Álvarez del Valle y el ya fallecido José Luis Ortiz.

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En Sardéu dejó ver Don Felipe su faceta más humana y desenfadada en numerosas visitas privadas en la que es frecuente verle paseando junto a su esposa por los alrededores de la casa familiar. Pero sus obligaciones como Príncipe siempre le acompañan. Su última presencia en la región, el 5 de diciembre de 2007, coincidió con el fallecimiento del guardia civil Fernando Trapero, asesinado por ETA. Desde Ribadesella, el Heredero expresó su repulsa por el atentado y manifestó que «ansiamos que algún día la lucha contra esta barbarie terrorista deje de sembrar tanto pesar y dolor».

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