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INTERNACIONAL. Partido España-País de Gales jugado en la Universidad Laboral en 1983. / F. R. P. A.
Memorias de las cien yardas
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Memorias de las cien yardas

La sección de rugby del Grupo Covadonga se unirá a los clubes Gijón y La Calzada en la promoción de un deporte que reúne casi medio siglo de historia en el concejo

FRANCISCO ÁLVAREZ fralvarez@elcomerciodigital.com

Domingo, 28 de octubre 2007, 02:30

Año 1964, antiguo campo de la Universidad Laboral. Se ven las caras, en un partido amistoso, el Revillagigedo y el Guardias de Franco de Valladolid. Una treintena de jugadores inauguran allí y entonces, de forma oficiosa, la historia del rugby en Gijón.

Hoy el deporte del balón ovalado, que nació en Inglaterra en el siglo XIX y cuenta ya con cerca de tres millones de practicantes en todo el mundo, sigue ganando yardas camino del medio siglo de vida en este concejo. Quedan atrás los años dorados, vividos en la década de los 80, que son motivo de orgullo para quienes fueron partícipes de ellos y un estímulo para los jugadores y dirigentes actuales en su intento de ir sentando las bases de un porvenir que devuelva al rugby gijonés a la primera línea nacional.

A petición de un colectivo de socios representado por el ex jugador y entrenador Miguel Ángel Tascón, el Grupo Covadonga aprobó el pasado lunes en asamblea extraordinaria la recuperación de una sección de rugby, que tendrá como objetivo prioritario ir 'picando' cantera para garantizar la continuidad de este deporte entre las nuevas generaciones. La sección grupista ampliará así el horizonte del rugby gijonés, que cuenta en la actualidad con dos entidades federadas: el Club de Rugby La Calzada y el Gijón Rugby Club, primer heredero de la desaparecida sección de rugby del Sporting.

La llegada de refuerzos desde el Grupo es motivo de alegría para el presidente de la Federación Asturiana, Brendan Thomas Doyle, un irlandés de Galway vinculado al rugby gijonés desde que se asentó en la ciudad, en 1971. «A pesar de que el nivel competitivo no era alto, me sorprendió la afición que había aquí y el entusiasmo con el que se organizaban los partidos», asegura Brendan, que militó en equipos de Inglaterra, Francia y fue jugador del Sporting y del Universidad de Valladolid de División de Honor, antes de convertirse en seleccionador asturiano y seguir alimentando su afición por este deporte como miembro del equipo de veteranos del Gijón.

Los años dorados

La desaparición de la sección sportinguista, fundada en los 60, fue una de las consecuencias «de haber descuidado el trabajo en las categorías inferiores para mantener la cantera. Además eran años difíciles para el club rojiblanco por su situación económica y los propios jugadores acabaron aportando dinero de su bolsillo», afirma Brendan.

Así se cerró la que fue la página más gloriosa del rugby gijonés no sólo por los resultados de equipo, sino por las individualidades de jugadores como el pilier Joaquín Uría o el tercera línea Carlos Fernández Caicoya, que alcanzaron la internacionalidad, según recuerda Rubén Díaz Fernández, ex jugador del Gedo y del Grupo y en la actualidad árbitro evaluador nacional y vicepresidente primero de la Federación Asturiana.

Aquella época floreciente logró también su reconocimiento con un partido que hoy se consideraría insólito. Las selecciones absolutas de España y País de Gales (perteneciente al selecto club de lo que entonces era el Torneo de las Cinco Naciones) se enfrentaron en un encuentro amistoso en la Laboral, con los espectadores a pie de campo. Fue en mayo de 1983 y una placa conmemorativa, con una leyenda en inglés y en gaélico, evoca aquella visita sobre las paredes del local que la Federación Asturiana tiene en Gijón. Dos años después, Asturias acogió, por segunda y última ocasión, otro encuentro internacional, un España-Zimbabue en Oviedo.

La pérdida de nivel competitivo en los últimos años no favorece que Asturias pueda acoger grandes citas, si bien Las Mestas vivió hace cuatro meses la final de la Copa del Rey entre el Cetransa El Salvador pucelano y la Santboiana catalana. Brendan y Rubén consideran que aquel encuentro «resultó un éxito. Hubo 2.500 espectadores y el partido fue televisado», lo cual contribuye a ir agrandando la afición, al igual que el reciente Mundial disputado en Francia, que contó con un amplio seguimiento mediático.

Mejores medios

Tras la desaparición de los campos de Viesques y Contrueces, se cuenta para la práctica del deporte de las cien yardas (los cien metros de longitud que mide el terreno) con los de la Laboral y Las Mestas, «dos instalaciones municipales muy buenas», en opinión de Brendan, quien añade que «las condiciones son mejores que hace años, cuando había que entrenarse en la playa, si la marea lo permitía, y sin vestuarios».

Además, la modalidad de tag -rugby sin placaje, apto para cualquier superficie- abre las posibilidades de ir introduciendo el balón ovalado en los colegios gijoneses, como ocurre en países del Arco Atlántico con más raigambre en el deporte de las melés y los ensayos.

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